Se trata de una iniciativa llevada a cabo por un grupo de profesionales que ha desglosado propuestas para acabar con la «situación crítica» por la que pasa la sanidad pública y, más concretamente, la Atención Primaria. Han señalado la falta de financiación y la sobrecarga de trabajo como los principales problemas, y apuestan por aumentar plantillas y presupuesto y fomentar la investigación y el estudio, además de incorporar nuevas titulaciones, entre otras acciones
Hoy jueves, 16 de septiembre, se ha presentado ante los medios de comunicación la iniciativa de un grupo de profesionales de todas las categorías y de todas las CCAA, que trabajan en Atención Primaria y que coinciden en señalar «el grave deterioro» de la misma debido, entre otras razones, a la saturación de los centros de salud por el exceso de actividad por la pandemia, por las acumulaciones o por la falta de profesionales y de inversiones, etc.,
Con el subtítulo ‘Salvemos la Atención Primaria’, se han desglosado las “propuestas para superar la situación crítica de la Atención Primaria tras la pandemia COVID”. Al manifiesto inicial se han adherido en pocos días 160 profesionales de distintas categorías, muchos de ellos ideólogos de nuestra Atención Primaria desde sus inicios, otros con un historial profesional vinculado a la gestión o a la docencia y la mayoría con ejercicio profesional actual y que sufren en el día a día las carencias que denunciamos.
En representación del grupo promotor del manifiesto han intervenido José Manuel Aranda Regulez, Manuel Martín García, Rosa Magallón Botaya, Marisa Fernández Ruiz y José María Dios Diz.
Se han enumerado los problemas que afectan gravemente a nuestra, «hasta ahora prestigiosa» Atención Primaria, entre los que figuran «la sobresaturación de los centros de salud por el exceso de actividad por la pandemia, por las acumulaciones o por la falta de profesionales han agudizado problemas antiguos»; «la degradación de la Atención Primaria como consecuencia de decisiones políticas ha conducido a una financiación insuficiente, a una mala gestión de los recursos y a potenciar la medicalización» y «el temor a que menos actividad presencial y más actividad interpuesta: teléfono, telemedicina, correo electrónico, etc…, fomente la inequidad y tenga consecuencias nefastas para la población más pobre, de más edad y la más necesitada de atención».
Los intervinientes han destacado que «es necesario recuperar el compromiso profesional para que los centros de salud solucionen las necesidades de los individuos y de la población; porque la Atención Primaria no debe aumentar aún más las desigualdades sociales si no, al contrario, intentar aminorarlas; que la Atención Primaria debe incrementar su capacidad resolutiva accediendo a más recursos profesionales y diagnósticos y a más prestaciones sociosanitarias, y que debe facilitar el acceso de los pacientes al profesional que más se adecue a su problema de salud y mediante la forma de contacto más rápida y resolutiva».
Entre las propuestas concretas, se han mencionado incrementar el presupuesto de Atención Primaria hasta el 25 % del presupuesto sanitario; incrementar las plantillas; garantizar la accesibilidad mediante consultas preferentemente presenciales; incorporar nuevas titulaciones profesionales; reforzar las áreas de administración de los centros; favorecer la comunicación entre niveles mediante procesos asistenciales; dar a la Atención primaria acceso a más pruebas diagnósticas; reforzar la participación ciudadana y potenciar las actividades formativas y de investigación.
Se ha insistido en que la fortaleza de la atención primaria se basa en el conocimiento biográfico del paciente a lo largo del tiempo (longitudinalidad de la atención), y que «mal se puede garantizar la continuidad si ni siquiera se le da atención presencial, cuando la necesita» y que «poner trabas a la relación cara a cara entre profesional y paciente atenta contra la deontología profesional y contra el derecho a la atención personalizada, y la deshumaniza al distanciarla y al interponer artefactos». Por otro lado, para estos profesionales «es inadmisible una formación pre y postgrado de los profesionales, de los MIR y de los EIR, que no este basada en la atención personal, directa y durante el tiempo que precise el paciente».
Finalmente, se han esbozado las actividades a tomar en adelante para difundir el manifiesto, recabar más adhesiones, personales y de organizaciones asistenciales, sindicales, comunitarias, vecinales, de pacientes, etc., así como abrir rondas de presentación y de negociación con el Ministerio de Sanidad; Consejerías de las Comunidades Autónomas, organismos directivos de los servicios de salud, etc..
Los presentadores se han mostrado especialmente preocupados por la falta de financiación de la Atención Primaria y «su práctica desaparición de las prioridades gubernamentales, a juzgar por el nulo gasto ejecutado desde los Presupuestos Generales del Estado de 2021 y por la ausencia de inversión alguna en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia en su componente 18».
El Manifiesto queda ahora abierto a las adhesiones individuales de trabajadores de AP y de las organizaciones sociales y profesionales en el este enlace.