Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ha expresado este miércoles su preocupación por lo que percibe como una estrategia del Partido Popular (PP) que cuenta con el respaldo de algunos jueces. Durante una conversación informal con periodistas en la tradicional copa de Navidad en la Moncloa, Sánchez afirmó que el PP juega «con las cartas marcadas», sugiriendo que ciertas decisiones judiciales parecen estar alineadas con los intereses del partido opositor.
El presidente hizo referencia a las declaraciones del jefe de Gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel Rodríguez, y del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. Según Sánchez, estas figuras políticas han adelantado decisiones que posteriormente han sido tomadas por los jueces, lo que considera una amenaza para la independencia judicial que siempre ha defendido.
Sánchez criticó la forma de hacer oposición del PP, describiéndola como un frente mediático contra su entorno y destacando la «novedad» de que ahora también hay «algún juez que contribuye a esa oposición». En su opinión, esto resulta en una «posición política estéril» y «mucho ruido», sin abordar los problemas reales de los ciudadanos.
En cuanto a la situación política actual, Sánchez calificó de «política-ficción» un posible acuerdo entre el PP y Junts. Argumentó que tal alianza abriría frentes internos para el PP y generaría conflictos con Vox en las comunidades donde gobiernan juntos. Además, desestimó la petición de Junts de someterse a una cuestión de confianza, afirmando que el partido independentista enfrenta el desafío de medir el estado de opinión de la ciudadanía catalana, que rechaza la confrontación.
Respecto a las acusaciones del partido de Puigdemont, Sánchez defendió que el Gobierno cumple con los acuerdos alcanzados. Aunque aún no se ha iniciado la negociación de los Presupuestos para 2025 con Junts, el presidente ve margen para seguir dialogando y presentarlos en el primer trimestre del próximo año. «Estamos dispuestos a sudar la camiseta y algo más», aseguró.
Finalmente, Sánchez reiteró su disposición a reunirse con líderes políticos catalanes, como ya había anunciado hace un año, tras la amnistía de los implicados en el procès. Afirmó que, aunque no está en su agenda inmediata, no tendría problema en encontrarse con ellos para avanzar en la aplicación de la ley de Amnistía.