El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, continúa su participación en la Cumbre del G20 en Brasil, donde ha coincidido con figuras internacionales de peso como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Este evento no solo es una plataforma para el diálogo global, sino también una oportunidad para que Sánchez aborde temas críticos en la política europea.
Durante el segundo día de la cumbre, Sánchez participó en varias reuniones oficiales, destacando la sesión plenaria sobre ‘Desarrollo sostenible y transición energética’, donde compartió espacio con Meloni. Además, asistió a un encuentro de países del G20 que han contribuido a la Organización Mundial de la Salud (OMS), subrayando su compromiso con la salud global.
En el ámbito bilateral, Sánchez se reunió con el primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chinh, para discutir las relaciones bilaterales y explorar oportunidades de negocio para empresas españolas en Asia. Estas conversaciones reflejan el interés de España en fortalecer sus lazos económicos y diplomáticos en la región.
Por otro lado, Sánchez mantuvo una breve pero significativa conversación con Joe Biden. Este encuentro podría ser el último entre ambos mandatarios antes de que Donald Trump asuma nuevamente la presidencia de Estados Unidos, lo que añade un matiz de urgencia a sus discusiones.
Más allá de la cumbre, Sánchez tiene su mirada puesta en Bruselas, donde las negociaciones para formar el nuevo Ejecutivo comunitario están estancadas debido a vetos cruzados. El presidente español está particularmente interesado en asegurar el nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta de Competencia y Transición Verde.
En un esfuerzo por desbloquear estas negociaciones, Sánchez planea reunirse con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, durante el G20. La estrategia de España es clara: trabajar activamente para que se cumpla el pacto firmado entre los principales grupos políticos europeos.
Mientras tanto, en Bruselas, los líderes de los tres principales grupos proeuropeos continúan sus esfuerzos para llegar a un acuerdo antes de la próxima sesión parlamentaria en Estrasburgo. El objetivo es levantar los vetos que han paralizado el proceso de nombramiento de la nueva Comisión Europea.
En el ámbito nacional, Sánchez también enfrenta desafíos. La reciente negociación del paquete fiscal en el Congreso, que fue salvado en el último momento, destaca el delicado equilibrio político que debe mantener. Además, las investigaciones judiciales sobre su esposa añaden presión al panorama político interno.
En conclusión, la participación de Sánchez en el G20 es una pieza clave en su estrategia para influir en las decisiones europeas y fortalecer la posición de España en el escenario internacional. Su habilidad para navegar estas complejas dinámicas políticas será crucial en los próximos meses.