Algunas de las personas afectadas por el virus de hepatitis A han vertido quejas sobre el servicio y la atención recibida. Sin embargo, desde el INGESA y la consejería de Sanidad, a través del Servicio de Epidemiología, se asegura que la actuación ha sido totalmente correcta en todos los casos.
Parece ser que estas quejas puedan deberse más al ‘estado de alarma‘ que puede generar el saberse enfermo y al propio desconocimiento que se tiene sobre los procedimientos de detección y contagio de esta patología.
Recordamos que la hepatitis A es una infección vírica y como tal, para detectarla, identificarla y confirmar que una persona la padece, es necesario hacer una prueba serológica. Dicha prueba consiste en introducir en sangre, presumiblemente infectada, una serie de anticuerpos. Si los anticuerpos detectan carga vírica, tendrá lugar un reacción. En caso contrario, se descarta la infección. Este proceso puede tardar varios días e incluso una semana.
Las pruebas serológicas no son inmediatas
Una de las quejas que más hemos escuchado es que el servicio de urgencias no notificaba la existencia de un nuevo caso de contagio por hepatitis A a la Consejería de Sanidad y que, por tanto, no se activaba ningún protocolo. Sin embargo, el servicio de urgencias confirma que salvo que se presentase un caso muy grave -por suerte hasta la fecha no ha ocurrido- no realiza las pruebas de serología necesarias para identificar el virus de la hepatitis A.
Fuentes sanitarias aseguran que es imposible que puedan diagnosticarla en urgencias. Como mucho, si los síntomas son muy evidentes, podrían haber comunicado al paciente que probablemente se pudiera tratar de una infección por dicho virus, pero, en ningún caso, han podido emitir un diagnóstico definitivo.
No en vano, la infección por hepatitis A presenta unos síntomas iniciales que son muy similares a los de la gripe, y aunque la infección avance y se desarrolle el proceso de ictericia -el color de la piel torna hacia un tono amarillento-, sin la prueba serológica es imposible determinar que el virus se encuentra presente en el organismo. En otras palabras, tal y como explican desde INGESA, es normal que si una persona acude a urgencias y allí le advierten de que puede tener hepatitis A, sea ella misma la que tenga que acudir a su médico de cabecera para hacerse las pruebas necesarias. Y cuando el médico tenga los resultados de las pruebas, y estos sean positivos, entonces y sólo entonces, se informará a la Consejería de Sanidad de la existencia de un nuevo caso de contagio.
La notificación de los casos de hepatitis A es semanal
Otra cuestión que el público general no tiene por qué conocer es que existe un listado de ‘enfermedades de declaración obligatoria’. Es decir, que cuando aparece un caso en el que se diagnostica una de esas enfermedades, hay que comunicarlo. Ahora bien, aunque la hepatitis A se encuentra dentro de ese listado, se especifica que los nuevos casos se informarán semanalmente. Es decir, no se exige que se informe en el mismo día que se conoce el contagio.
Se recomienda calma y no crear alarma
Sin ir más lejos, durante la sesión de control al Gobierno de la Ciudad, que se celebró en la mañana de ayer, la consejera de Sanidad, Adela Nieto, tuvo que dar explicaciones al respecto de este tema, a petición del MDyC. Sin embargo, la consejera explicó que se trataba de un brote y, en ningún caso de una epidemia, que Ceuta es una ciudad endémica por su situación geográfica y que, por tanto, el número de casos entra dentro de la «normalidad». Así pues, desde la consejería de Sanidad y desde el INGESA piden calma y que no se extienda un estado de alarma innecesario. Todos los protocolos han sido activados y están funcionando adecuadamente.