El Sindicato de Enfermería subraya que el consentido e intencionado deterioro de la Sanidad Pública fortalece e incrementa el volumen de negocio de la Sanidad Privada
El Sindicato de Enfermería, SATSE, ha manifestado su profunda preocupación por la precariedad de nuestra Sanidad Pública y la falta de capacidad de respuesta de los partidos políticos, así como de las instituciones públicas, tanto a nivel estatal como autonómico. “Es increíble la absoluta inacción e incapacidad del Gobierno de España y de los Gobiernos autonómicos ante el tremendo deterioro de nuestra sanidad pública”, afirma SATSE.
El Sindicato de Enfermería subraya que nuestra Sanidad Pública ha sufrido una pandemia y ha evidenciado que no es, en absoluto, la mejor sanidad del mundo, ni tampoco la “joya de la corona”, calificativos que solo son aplicables a los profesionales que la sostienen cada día a pesar del desprecio al que son sometidos permanentemente por políticos e instituciones. “La Sanidad Pública ha aflorado en negativo estos dos años por su débil configuración en medios, recursos, infraestructuras y presupuesto”, resalta.
Una situación, señala SATSE, fomentada política e institucionalmente, que nos ha convertido en “la vergüenza de Europa”, con «miles de personas mayores fallecidas en muchos casos sin recibir la atención óptima y necesaria, profesionales sin medidas de protección y cubriéndose con bolsas de basura, urgencias colapsadas con personas tiradas en el suelo y alguna profesión renunciando a la atención presencial y optando por la atención vía telemática o telefónica, mientras las enfermeras mantenían y siguen manteniendo la atención presencial en los hospitales, domicilios y las consultas de los centros de salud».
SATSE asevera que, a pesar de todo ello, y de las más de 200 medidas aprobadas en el Congreso de los Diputados, y nunca puestas en marcha, en nuestra Sanidad Pública se sigue apostando por una excesiva medicalización y se prefiere tener que afrontar el cáncer de una persona en lugar de prevenirlo, con las consecuencias de riesgo para la vida, coste social y también coste económico que provocan estas situaciones y otras parecidas.
“Tenemos una Sanidad Pública medicalizada, con una ratio médico/habitante de las más altas de Europa y una ratio enfermera/habitante a la cola de Europa, pero se sigue apostando política e institucionalmente por incrementar el número de médicos a pesar de que no hacen falta, salvo en Atención Primaria y alguna especialidad concreta, como señalan las organizaciones médicas que los representan, y negando, al mismo tiempo, la urgencia de crecer en la ratio de enfermera/habitante, mientras que la Ley de Seguridad del Paciente continua bloqueada en el Congreso por el PSOE”, señala.
Asimismo, el Sindicato asevera que la inversión sanitaria pública ha disminuido un 11% desde 2009 y el gasto por habitante de nuestra Sanidad Pública de 2009 a 2019 ha crecido solo un 6,25%, mientras que en países de nuestro entorno europeo ha crecido de manera sustancial, caso de Grecia, un 75%; Alemania, un 35%; Estonia, un 60%; Austria, un 25%; Finlandia, un 26% o Turquía, un 79%.
Por otro lado, continua SATSE, la inversión en Sanidad Pública en 2019 en nuestro país fue del 6,3% del PIB y un consolidado autonómico del 5,9%, mientras que en Europa la inversión es altamente superior, tal es así en Alemania con un 9,7% del PIB; Francia un 9,4%; Suecia, un 9,3 por ciento del PIB; Dinamarca, un 8,5%, Bélgica un 7,8% o Noruega un 8,7%.
Según el Sindicato de Enfermería, a pesar de esta “brutal situación” de falta de inversión en nuestra sanidad pública, la previsión del Gobierno hasta 2025, lejos de consolidar la del 2020 con un 7,9, la reduce al 6,7% del PIB, “un auténtico despropósito” tanto del Gobierno de nuestro país como de las distintas comunidades autónomas.
“No es posible continuar así, nuestra Sanidad Pública requiere y exige una inyección presupuestaria de medios, de recursos y de reconocimiento laboral y retributivo de sus profesionales y lo requiere con extrema urgencia, salvo que quienes tienen la responsabilidad política e institucional de protegerla y fortalecerla hayan decidido abandonarla a su suerte, lo cual, a la vista de la situación actual, parece que es así”, añade.
Es urgente, según SATSE, que el Ministerio de Sanidad «tenga verdadero poder político y fortalezca de forma real su capacidad de liderar, planificar y coordinar con rigor y firmeza la política sanitaria de nuestro país a través del Consejo Interterritorial y que el Consejo de Ministros le dé respaldo y fortaleza política sin fisuras y creyendo de verdad en nuestra Sanidad Pública y sus profesionales».
Por otro lado, y mientras esto ocurre en la Sanidad Pública, la organización sindical recalca que la Sanidad Privada crece exponencialmente e incrementa su volumen de negocio. Al respecto, señala que la Sanidad Pública desvía cada año más de 8.000 millones de euros a la Sanidad Privada, a través de conciertos directos con clínicas y hospitales privados, o conciertos para diálisis, pruebas diagnósticas, terapia respiratoria, etc…
“Un volumen de negocio que no repercute positivamente en la mejora de las condiciones laborales de los compañeros de la Sanidad Privada, y todo esto ocurre mientras los quirófanos, las consultas externas y la realización de muchas pruebas diagnósticas de nuestra sanidad pública funcionan de manera ordinaria y normalizada sólo de lunes a viernes y de 8.00 a 15.00 horas”, apunta.
Al respecto, el Sindicato recuerda que, en los últimos años, las pólizas de Sanidad Privada han crecido un 7,2%, a pesar de que con frecuencia la letra pequeña de las pólizas establece requisitos que dificultan el acceso a algunos tratamientos y determina copagos o periodos de carencia elevados. “Es evidente que el deterioro de la Sanidad Pública hace crecer sin parar a la Sanidad Privada, algo que gobiernos e instituciones deberían corregir con urgencia si queremos priorizar de verdad nuestra Sanidad Pública respecto de la Sanidad Privada”, añade.
Asimismo, SATSE afirma que resulta paradójico que el creciente desarrollo de la Sanidad Privada cuente con frecuencia con la complacencia y estímulo de políticos y consejerías de salud y opten por derivar dinero público a la Sanidad Privada en lugar de optimizar el rendimiento de nuestra Sanidad Pública y mejorar las condiciones laborales de nuestros profesionales.
Por último, el Sindicato alerta de que esta grave situación ya ha sido detectada y alertada por los ciudadanos y la opinión pública, como lo evidencia la última encuesta del CIS, donde 7 de cada 10 españoles afirman que se dedican pocos recursos a la Sanidad Pública y es necesario incrementar los presupuestos sanitarios.
Para SATSE, la Sanidad Privada tiene su espacio, pero siempre desde la colaboración nunca desde la sustitución de Sanidad Pública por privada, “y desde luego después de haber puesto en marcha todos los mecanismos de rendimiento asistencial y de recursos de la Sanidad Pública, nunca antes”, concluye.