En la última década, ha aumentado más de un 70% la violencia sexual hacia la infancia y la adolescencia, siendo julio y agosto los meses en los que se cometen más delitos sexuales. La organización realiza acciones de sensibilización sobre la violencia de género en los principales festivales de música del país, como el Arenal Sound en Castellón, que empieza hoy
Ante los últimos casos que han aparecido en los medios de comunicación de pinchazos a chicas adolescentes y jóvenes, donde la víctima más joven hasta la fecha tiene 13 años, Save the Children alerta de que en verano puede aumentar la vulnerabilidad de las adolescentes frente a la violencia.
Según datos del Ministerio del Interior, en la última década las denuncias por casos de violencia sexual hacia la infancia y la adolescencia ha aumentado un 71,1%, siendo 4 de cada 5 víctimas, niñas y chicas adolescentes. Desde 2014 hasta 2020, se ha evidenciado un factor de estacionalidad con un mayor número de delitos sexuales en los meses de mayo a octubre, teniendo picos más altos en julio y agosto. Esta tendencia, recogida por el Ministerio del Interior, ha estado en constante crecimiento hasta 2020, debido a la COVID-19 y a las restricciones sociales impuestas.
«En la época estival, donde tienen lugar más eventos festivos, festivales, conciertos y fiestas, puede aumentar el número de casos de violencia sexual. Actualmente, se utilizan múltiples formas para someter a las adolescentes, ya sea mediante la fuerza, el engaño o incluso el uso de sustancias químicas para introducirlas en un estado de sumisión química y agredirlas sexualmente», afirma Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Política en Save the Children. En estos contextos, en los que circulan sustancias como el alcohol y otro tipo de drogas, «es necesario establecer protocolos de prevención, seguridad y actuación con el objetivo de frenar y atender esta violencia que afecta a las mujeres, y a toda la sociedad».
También, otro estudio del Ministerio de Igualdad sobre la violencia contra las mujeres en la adolescencia, indica que el 14,1% de las adolescentes se han sentido presionadas para realizar actividades sexuales en las que no querían participar. En la mayoría de casos, el 55,7%, las presionó el chico con el que son, eran o iban a ser pareja.
«La adolescencia también sufre violencia de género, no solo por parte de personas adultas, si no también, entre sus pares. La violencia de género entre adolescentes ocurre con demasiada frecuencia, repitiendo patrones y roles sexistas en sus relaciones que se creían erradicados», comenta Perazzo.
Al analizar cifras de violencia de género entre la adolescencia, se encuentra que el 6,2% de las adolescentes de 16 y 17 años ya han sufrido violencia física por parte de parejas o exparejas, el 6,5% violencia sexual, el 16,7% violencia emocional y el 24,9% violencia psicológica o de control. Aun así, es alarmante comprobar como el negacionismo de la violencia de género se ha extendido entre los adolescentes y consideran que la violencia de género es una cuestión ideológica. Un 20% de los y las adolescentes no creen que exista la violencia de género entre sus iguales, lo que añade trabas a la hora de poder hacerle frente.
Sensibilizar en los grandes festivales de España
Por ello, considerando los factores de riesgo en la temporada estival y eventos festivos a los que están expuestas las adolescentes, la organización estará presente en los principales festivales de música del país implementado acciones de sensibilización sobre la violencia de género entre adolescentes y jóvenes. De la mano de The Music Republic, Save the Children ha realizado y realizará acciones en el Arenal Sound, Viña Rock, FIB y Madrid Salvaje a lo largo del verano, con el objetivo de dar pautas para prevenir e identificar las distintas formas de violencia, derribar mitos del amor romántico e informar sobre los recursos donde pedir asesoramiento y ayuda.
Save the Children recuerda además la necesidad de impartir en las escuelas contenidos de educación afectivo sexual desde edades tempranas, tal y como recoge la Ley de Educación y la Ley Orgánica de Protección a la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI). «Solo si se forma a niños y niñas desde las primeras etapas educativas conceptos como la autonomía del cuerpo, el desarrollo de las emociones o el consentimiento se podrán crear relaciones entre los y las adolescentes mucho más sanas e igualitarias. La educación no debe basarse sólo en prevenir las víctimas, si no en que la infancia y adolescencia rechace e identifique este tipo de actuaciones como lo que son: violaciones, y no formas de tener sexo.», asegura Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Política.