El consejero de Educación y Cultura ha señalado que se trata de un «taller familiar, hecho para que todos los públicos sepan cómo se hacían los libros antiguamente». La primera sesión ha tenido lugar este jueves y continuará el viernes en el Centro Cultural Estación del Ferrocarril
El Centro Cultural Estación del Ferrocarril ha acogido esta tarde la primera de las dos sesiones de talleres de arqueología experimental, en concreto, sobre escritura en la Edad Media y titulado ‘Scriptorium Medieval’. La formación ha estado organizada por la Fundación Premio Convivencia, a través de la Consejería de Educación y Cultura, y en colaboración con el Instituto Cervantes de Tetuán y la Fundación San Millán de la Cogolla.
El consejero de Educación y Cultura, Carlos Rontomé, ha estado presente en la primera sesión y ha señalado la importancia de conocer las técnicas de la escritura antes de la imprenta. «Es un taller familiar, hecho para que todos los públicos sepan cómo se hacían los libros antiguamente», ha destacado el presidente de la Fundación Premio Convivencia. Los dos responsables del taller pertenecen a la Fundación San Millán de la Cogolla, cuna del castellano. El taller continuará el viernes con una nueva sesión lúdica donde los participantes pueden tener en sus manos los materiales de la época.
En total, se contaron con 60 plazas, 30 por sesión, en los que se ha introducido a los participantes, de forma sencilla y concisa, en algunas técnicas, materiales, y herramientas utilizadas en aquellos tiempos. Los talleres también sirven para analizar los tipos de caligrafía y comprender su utilidad, la ilustración, y las letras capitulares a la hora de elaborar un manuscrito y conformar de modo artesanal un libro, y se experimente con los materiales originales que se usaban en la época, a base de cálamos, plumas, pinceles, tintas ferrogálicas y temples.
Un poco de historia
Durante toda la Edad Media, hasta la invención de la imprenta a mediados del siglo XV, los monjes de los monasterios fueron los encargados de salvaguardar y transmitir todo la cultura que querían conservar, siendo su principal preocupación los textos religiosos pertenecientes a la doctrina cristiana y la historia de la Iglesia.
Estos monjes fueron los responsables absolutos de la preservación del saber, pues el resto del pueblo, sobre todo en la Alta Edad Media, no sabía leer ni escribir. Trabajaban en lugares y condiciones muchas veces inhóspitas, pero sabrán crear medios, herramientas y materiales para alcanzar la excelencia en el arte de la escritura y la ilustración.
El mundo musulmán de la época, sin duda aportó también todos sus conocimientos a este empeño. Técnicas, medios y contenidos que se mezclaron y unieron, tras su llegada a la Península, con sus propios calígrafos y escritorios, a los escritorios medievales europeos.
Las inscripciones de los talleres, que tienen una duración de dos horas y media, pueden formalizarse en el correo correo@premioconvivencia.com y en el teléfono 956 51 09 33.