Ramón Rodríguez Casaubón
Las segundas oportunidades nos posibilitan enmendar errores,
comenzar desde cero aunque partamos de menos algo, avanzar hacia la
modificación de hábitos negativos hasta sustituirlos por positivos, etc Pero
¿todos tenemos derecho a esa segunda oportunidad?
Desde la psicología se nos advierte, en ese sentido, sobre los
manipuladores crónicos, los mentirosos compulsivos o las personas tóxicas
entre otros perfiles.
La juventud que no acaba de encontrar su sitio, o tal vez es que la
sociedad no le ha cedido un espacio ¡sí que merece esa segundad
oportunidad!
Voy a referirme a las Escuelas de Segunda Oportunidad. Que son
aquellas que permiten que los jóvenes que han abandonado los estudios
adquieran una formación elemental que les permita acceder al mercado laboral
con garantías de conseguir un empleo. El concepto es sencillo, posibilitar a
chavales de edades comprendidas entre los 15 y 29 años, sin empleo ni
titulación, un modelo pedagógico original basado en una formación innovadora
a través de itinerarios personalizados, un refuerzo en competencias básicas y
laborales, experiencias prácticas en vinculación con el mundo empresarial, y un
apoyo en demandas sociales con una especial atención a los más vulnerables.
Es decir, reorientar a aquella parte de la juventud que ha sido excluida del
sistema educativo. Porque el sistema, que no la educación, en demasiadas
ocasiones actúa como una fuerza centrífuga que aleja al alumnado del eje de
rotación de la inserción laboral distanciándolos de cualquier oportunidad
formativa y con este modelo lo que se pretende es actuar como fuerza
centrípeta que lo que haga es acercarlos cada vez más a este eje para que
consigan una independencia y autonomía que les permita desarrollar su
existencia libremente en una sociedad que ya no los vea como una carga sino
como una aportación fundamental.
Para la Comisión Europea la finalidad de estas escuelas es “mejorar el
acceso a los conocimientos favoreciendo el recurso a los mejores profesores,
con ritmos de enseñanza adaptados, nuevas motivaciones, períodos de
prácticas en empresa, material multimedia y con la instauración de clases con
pocos alumnos” Lo importante, fundamental, que es la ratio educativa. La
relación entre un número adecuado de dicentes, recursos y éxito formativo es
directamente proporcional. La primera escuela de segunda oportunidad abrió
sus puertas en Marsella en 1997.
Para aquellos clasistas que ya se estén revolviendo en sus ideales de
segregación indicarles que además esta vía educativa y formativa contribuye a
la búsqueda de la consecución de los siguientes objetivos de desarrollo
sostenible:
- Objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y
promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
(Educación de Calidad) - Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas
las mujeres y las niñas. (Igualdad de Género) - Objetivo 8: Promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible,
el empleo y el trabajo decente para todos. (Trabajo Decente y Crecimiento
Económico) - Objetivo 10: Reducir la desigualdad en y entre los países. (Reducción
de las Desigualdades) - Objetivo 17: Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo
Sostenible. (Alianza para Lograr los Objetivos)
¿No creen que este tipo de iniciativas tendrían cabida en Ceuta?
Es imperioso, justo y necesario, aportar soluciones concretas y eficaces
a cualquier joven sin empleo ni titulación como medio de superación personal y
de reincorporación a una sociedad que en cierta forma le ha vuelto la espalda o
él a ella. Fuese como fuere esto no se puede permitir y se debe revertir.
Como dijera Soul Etspes: “Quien malgasta el tiempo malgasta el único
don que nos hace la vida y en un principio a todos por igual, luego el destino
decidirá”
Ramón Rodríguez Casaubón