El presidente de la ciudad, Juan Vivas, últimamente interrumpe al portavoz de Vox cada vez que está en su turno de palabra en las sesiones plenarias. Vivas se enzarza en discusiones que no tienen ningún sentido, juegan a ver quién es más caballa y más patriota.
No hace mucho, cuando Vox había pactado con el Partido Popular gobernar la ciudad, Vivas no interrumpía tanto al portavoz de Vox cuando estaba en el uso de la palabra.
A Vivas se le ve nervioso en los plenos, debería de tomárselo con mucha más tranquilidad y dejar que el portavoz de Vox se exprese libremente. Y si con las barbaridades que pueda soltar por su boca el portavoz de Vox incurre en un delito, lo que tiene que hacer Vivas, es acudir al juzgado. En el caso de no incurrir en ningún delito, que lo deje que hable todo lo que quiera, que ya los votantes dentro de dos años pondrán a Vox en su sitio, donde tiene que estar. Que, por cierto, no lo sabremos hasta que se celebren las elecciones.
Los ciudadanos no somos tontos y no necesitamos que Juan Vivas nos apadrine. Nosotros ya pondremos a Vox en su sitio. Si dependiera de mí, lo tengo claro, fuera de la asamblea y sin ningún tipo de representación política. Pero una cosa hay que tener muy en cuenta, estamos en democracia, las urnas mandan.