La principal premisa de la diversidad funcional debería tener como baluarte la construcción social, no una deficiencia creada por la propia administración y la sociedad en la que vivimos que impiden que este colectivo sea incluyente. Debería contar con el derecho a su propia autonomía, su propio plan de vida, ese que la Consejería de Asuntos Sociales coarta con requisitos que a la hora de optar a las ayudas, se convierte en misión imposible.
El modelo social al cual me refiero, es devolver a estas personas su identidad, la cual pierden ya que es la propia administración la primera en implantar trabas, con unos requisitos que a veces, por no decir siempre rozan lo absurdo. Este modelo debe tener como piedra angular valores esenciales que fundamenten los derechos humanos, tales como la dignidad humana, la libertad personal, la igualdad que, permita la inclusión, valores que tanto venden pero que a la hora de la verdad no vemos por ningún lado.
Este colectivo está actualmente viviendo en nuestra urbe graves conflictos que influyen directamente en el mismo, ya que el principio de universalidad de los derechos humanos no encaja de manera uniforme en el contexto en el cual se desarrollan ordenanzas y normativas que no son idóneas y beneficiosas para estas personas.
Es bochornoso que en los Plenos, ningún partido político lleve a debate algo relacionado con mejorar las vidas de estas personas, con un discurso sincero de equidad, igualdad, en relación con este problema tan importante que afecta a muchísimos ciudadanos y ciudadanas ceutíes, que se ven marginados y desamparados por una clase política en la cual en su día depositaron su confianza dándoles su voto.
El cambio no consiste en poner rampas, la integración es el proceso por el cual las minorías se incorporan a la estructura social, donde estas personas dejen de ser ciudadanos invisibles, para ser ciudadanos iguales con los mismos derechos y oportunidades. Se trata de incorporar la palabra “inclusión” al día a día y esto ocurrirá cuando las personas con discapacidad puedan participar en cualquier actividad en igualdad.
En definitiva, este problema deber ser entendido en un contexto social y político, ya que una sociedad no es accesible cuando coloca barreras de todo tipo, sin practicar la tolerancia y el respeto hacia la diferencia, valorándolas como algo positivo.
La única forma de construir una democracia verdadera es eliminar muros para que+4987+9 existan las mismas oportunidades para todos.