La historia (c)reciente sigue siendo trending topic. Versión de los venc(d)edores. Tras la Segunda Gran Guerra, Estado Unidos se (auto)erigió como primera potencia mundial. El país más desestabilizador hasta el día de hoy a nivel internacional [conflicto palestino-israelí, Irak, Afganistán, Vietnam, apoyo a dictaduras fascistas -España, Indonesia, Chile- y regímenes autoritarios -Arabia Saudí-]. Y, ¿qué hay a nivel interno? Familia Kennedy, Watergate, Ku Klux Klan, violencia callejera, desigualdad social [miseria], pandemia de opiáceos, inmigración, Trump vs Baiden… ¡Es país para viejos! [Bardén].
¿Quiénes hablan de Lenin, Stalin, Mao? ¿Son la contrapropuesta hegemónica de Estados Unidos? Más de lo mismo. Prisma. Fascistas de ida y vuelta. Como el perno de una rueda plana que no se puede desenroscar. Los chinos y Putin también se han vuelto fascistas. ¿Alguien lo duda? Si Gramsci levantara la cabeza…
Hong Kong luchó durante años con el imperio inglés por su libertad. ¡Bienvenido al totalitarismo chino! El continuo y omnipresente inmediato definido por las “putas” ahistóricas. Esas que producen frutos podridos que se agolpan organizados alfabéticamente en las estanterías de bibliotecas y archivos.
Levanto la mirada por encima de la pantalla del ordenador y observo a un gorrión que pía al viento posado sobre la (t)rama de uno de los postes eléctricos que conforman el bosque artificial de las plazas de Quito Sur. En ese momento pienso: Él no conoce lo que fue, es y será de su canto [Atahualpa Yupanqui]. ¿Es esto felicidad? 380.000 V [AT].
Millones de bombas (trans)forman el infierno terrenal en un paraíso virtual. Calor. Tatuajes con forma de cicatrices. Los “solitarios” se arrojan a un abismo de violencia propuesto por los seniles poderes hegemónicos. Esa camarilla corrupta y criminal que viste la “elástica” de su equipo.
El futuro de “agenda” vislumbra un océano de desempleo y caída de (ciber)mercado: FTX-Credit Suisse-Silicon Valley Bank. Las ciudades de toda América Latina se han convertido en campos de concentración donde las personas posan sus miradas sobre la crepitación de los cables de alta tensión esperando su (es)pasmo final: ¡tzz tzz!