El Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) ha celebrado la sentencia del Tribunal Supremo en la que confirma el derecho a la libre circulación de solicitantes de asilo por el territorio nacional. La sentencia impide al Ministerio de Interior la restricción de viaje a los solicitantes de asilo desde Melilla o Ceuta a otros puntos del territorio español y del espacio Schengen
El SJM celebra la sentencia favorable del Tribunal Supremo fechada el 29 de julio de 2020 que sienta jurisprudencia sobre el derecho a la libre circulación por todo el territorio nacional de los solicitantes de asilo documentados, con la mera obligación legal de comunicar los cambios de domicilio, «derecho que no puede restringirse a quienes solicitan protección internacional desde Melilla o desde Ceuta» explican desde el SJM. «El Comisario General de Extranjería y Fronteras no puede restringir derechos fundamentales sin apoyarse directamente en la ley, y la ley de asilo no le permite impedir la libre circulación de los solicitantes de asilo» aseguran tras la sentencia.
El Tribunal Supremo desmonta la interpretación que hace el Ministerio del Interior del sentido de los controles policiales de documentación previo al embarque entre Melilla o Ceuta con el resto del territorio español, incluso del territorio Schengen, «no impide el paso de los solicitantes de asilo sobre la presuposición de que habían atravesado la frontera sin la documentación requerida para entrar en el espacio Schengen, sino que trata de controlar si las personas que han entrado en Melilla o en Ceuta sin necesidad de visado, tienen la documentación suficiente para acceder al resto de España o de los Estados del espacio Schengen. Y cuando se trata de solicitantes de asilo, lo que cuenta es que la tarjeta roja que los documenta es una autorización de residencia provisional que les reconoce el derecho fundamental a la libre circulación y a la libre elección de residencia con la mera obligación de notificar los cambios de domicilio» explican desde el Servicio Jesuita a Migrantes.
El caso promovido por el SJM tiene una peculiaridad procesal si se compara con el que promovió CEAR en Ceuta y que ha obtenido una sentencia favorable con fecha de 28 de julio de 2020. El SJM ataca una resolución del Comisario General de Extranjería y Fronteras que denegaba a su defendido el derecho a viajar. CEAR ataca la validez de la mención “Válido solo en Ceuta” (o en Melilla) añadida a la tarjeta roja. «El SJM también ha seguido esta vía en otros casos similares -recuerdan-. Incluso, ha planteado algún recurso contencioso-administrativo por el procedimiento especial de protección de derechos fundamentales, que exige la intervención del Ministerio Fiscal por el interés público de la materia. Aún no tenemos sentencia del Tribunal Supremo, pero las alegaciones del Fiscal van en la línea de las sentencias de los tribunales superiores de justicia de Andalucía y de Madrid, en cuanto a lo que defendemos desde el SJM y desde CEAR en nuestros casos respectivos».
«SJM está de enhorabuena, así como lo están las personas que solicitan asilo desde Ceuta y desde Melilla. El Ministerio del Interior no tiene margen para seguir imponiendo su interpretación viciada de la ley» celebran en la organización. Pero aseguran que «tenemos que vigilar para que Interior cambie su política más allá de acatar y cumplir cada sentencia sobre el asunto que pierde. Es preciso que el Ministerio del Interior cumpla la ley y proteja los derechos fundamentales, también de los solicitantes de asilo en Melilla y en Ceuta».
¿Cómo es posible que millones de españoles y de europeos autóctonos se hayan dejado, y se dejan, embaucar por dirigentes laicos y religiosos de todo pelo y condición sobre la supuesta bondad de las migraciones masivas y de la acogida indiscriminada de refugiados procedentes de países de la negritud y arabo-musulmanes? ¿Cómo fue que creyeron, y creen, sus mentiras? ¿Cómo es posible que los europeos se hayan creído, y se crean, las mentiras de tanto dirigente charlatán, ruin, despreciable, abyecto y antipatriota? En sus memorias, el despreciable y ruin TONY BLAIR escribe: «Comencé siendo un determinado tipo de líder, acabé siendo otro. Los políticos nos vemos obligados a modificar la verdad, a distorsionarla por el bien de ciertas estrategias. Aprendí a manipular las negociaciones, mentí a todos los partidos». He aquí a un mentiroso y manipulador en todo su esplendor. Un verdadero sinvergüenza. ¿Cómo es posible que los pueblos europeos permaneciesen, y permanezcan, indiferentes a las mentiras que les contaban, y les cuentan, sus dirigentes? ¿Por qué no se le dijo, y no se le dice, al pueblo europeo en general la perversidad de estas invasiones de individuos procedentes de la negritud y de países arabo-musulmanes? ¿Será cierto que el pueblo no tiene derecho a la verdad política? ¿Será cierto –como escribe Jonathan Swift– que una mentira se contrarresta mejor con otra mentira que con una verdad, dada la querencia que tienen todos los hombres a creerse las mentiras? «La mentira política –sostiene Jonathan Swift– da y devuelve cargos; hace de la montaña montículos y de los montículos, montaña; hace agua cristalina de la ciénaga; convierte al ateo en santo y al libertino en patriota. Esta diosa vuela por los aires armada con un enorme espejo con el que deslumbra al gentío al que hace ver, según mueva el espejo, la ruina en su provecho y su provecho en la ruina». Pareciera que los europeos han perdido todo sentido de orgullo y de rebelión ante la bestial invasión inmigrante negroide y arabo-islámica. Nos han mentido haciéndonos creer que esta inmigración ilegal masiva se ajusta al patrón tradicional que tenemos de la inmigración. La realidad tozuda viene a cada momento a desengañarnos. Los dirigentes europeos han convertido estas migraciones masivas ilegales en una TRAMPA SADUCEA: o permites la invasión de extranjeros o conculcas los derechos humanos. Es una trampa diabólica se mire por donde se mire. El sinvergüenza de TONY BLAIR es el paradigma y medida de los políticos y dirigentes laicos y religiosos que han hecho posible que millones de individuos procedentes de la negritud y de paises arabo-musulmanes hayan tomado Europa por asalto.
Por otra parte, el llamado Servico Jesuita a Migrantes (SJM) está exultante porque los que han pedido asilo en Ceuta y Melilla, segun sentencia del TS, ya pueden viajar a la Península. «Estan de enhorabuena», dicen. Pero… el 26 de julio de 2016, dos musulmanes que se dijeron pertenecían al llamado Estado Islámico degollaron al Padre Jacques Hamel, mientras decía misa, en presencia de sus fieles, en su iglesia de un suburbio de Rouen, al Norte de Francia. No me han legado noticias todavía de que este Servico Jesuita a Migrantes (SJM) se haya condolido públicamente del asesinato del Padre Hamel. Tampo me han llegado noticias de que el neo marxista Papa Francisco haya ido a hacer una visita a la tumba del Padre Jacques Hamel. Sigo esperando.
Asimismo, aún no me han llegado noticias de que este SERVICIO JESUITA A MIGRANTES se haya manifestado contra los incendios sospechosos que se vienen produciendo en iglesias y catedrales francesas. En el ultimo año y medio ha habido incendios en 6 catedrales e iglesias francesas de importancia: Notre Dame, Nantes, Rennes, San Sulpicio, Lavaur y Pontoise. NINA SHEA, experta en asuntos religiosos, ha escrito que «los atacantes son anarquistas, delincuentes, militantes de izquierda, satanistas e islamistas, que comparten el odio a Francia y a la civilización occidental». «Creo que hay una creciente hostilidad en Francia contra la cristiandad y contra sus simbolos», dice Ellen Fantini, directora del Observatorio de la Intolerancia y la Discriminación contra los cristianos en Europa. Todavía no me han llegado noticias de que el Servicio Jesuita a Migrantes se haya condolido por esta creciente hostilidad en Francia contra la cristiandad y contra sus simbolos. Seguimos esperando.
Tal vez los Jesuitas y su Servicio a Migrantes estén muy ocupados y preocupados por la suerte de estos invasores que vienen a laminar el estado de bienestar de los europeos a cambio de no dar un palo al agua y de tropelias, delitos e incluso crímenes.
El cardenal africano ROBERT SARAH dice a este respecto: «Las profanaciones continúan creciendo en Europa. Los recientes ataques a estatuas de la Virgen María en iglesias francesas muestran hasta qué punto son fruto de un odio bárbaro. Hay que reaccionar. Los católicos no pueden estar callados. Las profanaciones y vandalizaciones de iglesias son el triste reflejo de una civilización enferma que ha caído en las redes del mal. Los obispos, sacerdotes y hombres de fe deben tener fuerza y coraje».
¿Los jesuitas y su Servicio a Migrantes han levantado la voz contra este estado de cosas contra la cristiandad en Francia? No me han llegado noticias de ello? Si alguno sabe algo a este respecto que lo haga saber. Son hombres de fe, ¿entonces?
El filósofo francés Michel Onfray ha declarado sobre lo que sucede en el país galo: «En Francia se está produciendo la destrucción silenciosa de raíces cristianas».
Pero lo verdaderamente notable es que los ciudadanos están callados como muertos. Están siendo llevados al matadero como si fuera ganado, tirados del ronzal. Han claudicados, se sienten incapaces de escribir una sola línea contra este estado de cosas, tan solo les preocupa su móvil, su WhatApps, su ocio, y su hedonismo. Escribió George Orwell en su 1984: «Hasta que no tomen conciencia no se rebelarán, y sin rebelarse no podrán tomar conciencia». La percepción del peligro ha desaparecido en la conciencia ciudadana. Se les ha muerto el sentido de supervivencia. Pero, ojo, ellos serán los primeros en caer cuando estos invasores alcancen la masa crítica demográfica en sus barrios, en sus calles, en sus ciudades, en sus pueblos, entonces, ya no tendrán tiempo de reaccionar, estarán a merced de esos extranjeros que ONGs, el SJM, los marxistas y los lacayos y sicarios del Nuevo Orden Mundial han introducido en los países de Europa, invocando los derechos humanos. Pero no saben que esos mismos derechos humanos se convertirán en la tumba de los países europeos.
Ojo a lo que escribe DOUGLAS MURRAY en su libro «La extraña muerte de Europa»: «Por consiguiente, para finales de la vida de la mayoría de las personas actualmente vivas Europa no será Europa y los pueblos de Europa habrán perdido el único lugar en el mundo que teníamos para llamar hogar».
¿Le interesará saber esto al Servicio Jesuita a Migrantes? ¿Le importará?
Las migraciones masivas ilegales y la acogida indiscriminada de refugiados procedentes en ambos casos de individuos de la negritud y de países arabo-islámicos significa con toda probabilidad la desaparición del orden social que hemos conocido hasta ahora. Dado que nuestros dirigentes son tan incompetentes y psicópatas como locos y malvados, una época especial de una civilización especial está a punto de acabar. Pensar que gente así esté gobernando los países europeos es para no dormir por las noches. Y pensar, asimismo, que el populacho es tan insensato, irresponsable, incapaz, necio y torpe para acudir a la puerta del hotel en donde se hospeda un torero del papel cuché para aplaudirle, en un caso, y, en otro, para vitorear a su ex mujer, mientras se le están colando centenares de extranjeros procedentes de la negritud y arabo-islámicos, es para comparar a ese populacho con ganado tirado del ronzal camino del matadero.