Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ha insistido en la necesidad de que España ofrezca disculpas por los crímenes cometidos durante la conquista. En una publicación reciente en redes sociales, Sheinbaum afirmó que reconocer los errores del pasado no es motivo de vergüenza, sino un acto que engrandece y acerca a los pueblos.
La mandataria recordó que el 12 de octubre no debe ser visto como el Día de la Raza o de la Hispanidad, sino como una oportunidad para reflexionar sobre el impacto de la llegada de los europeos a América. ‘En nuestro continente, ya existían grandes civilizaciones y culturas de las cuales nos sentimos orgullosos’, destacó Sheinbaum.
En su mensaje, Sheinbaum presentó ejemplos de otros países que han ofrecido disculpas por hechos históricos. Japón, desde 1990, ha pedido perdón por abusos en Corea y China. Alemania, en el año 2000, se disculpó ante Israel por el Holocausto. Italia, en 2008, pidió perdón a Libia por el colonialismo, y Países Bajos hizo lo propio en 2013 por las ejecuciones en Indonesia.
Además, Sheinbaum mencionó que México, bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador, ha ofrecido disculpas a los pueblos maya y yaqui, así como a la comunidad china en el país, por actos de violencia y discriminación.
El llamado de Sheinbaum a España coincide con el Día de la Resistencia Indígena en México, una fecha que busca honrar la resistencia de los pueblos originarios frente a la colonización. La presidenta mexicana sugirió que este día podría ser el momento adecuado para que España inicie un proceso de disculpa pública.
La relación entre México y España ha estado marcada por tensiones recientes, especialmente después de que Sheinbaum decidiera no invitar al rey Felipe VI a su investidura, en respuesta a la falta de respuesta a una carta enviada por López Obrador en 2019 solicitando disculpas por los abusos de la conquista.
En un contexto más amplio, el reconocimiento de los errores históricos y las disculpas oficiales son vistos como pasos importantes hacia la reconciliación y el fortalecimiento de las relaciones internacionales. Sheinbaum sostiene que estos gestos pueden abrir un diálogo franco y respetuoso sobre las discrepancias del pasado, promoviendo una comprensión mutua y un futuro compartido.