La noticia que hemos conocido ayer sobre la presunta prevaricación de la Delegada del Gobierno en Ceuta y la Vicepresidenta Primera del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Ceuta nos ha dejado perplejos a más de uno. Si los acontecimientos que se vivieron los días 17 y 18 de mayo del año pasado y sus posteriores consecuencias no son una situación excepcional, entonces ya no sé qué se puede considerar excepcional.
El trabajo llevado a cabo en esos primeros meses desde el incidente fue absolutamente meritorio, ya que atender a miles de personas, entre ellos más de mil quinientos menores, que llegaron a la ciudad con lo puesto muy mojado y poco más, sólo se pudo hacer en tiempo récord por la extraordinaria buena disposición y dedicación de todos.
Sin embargo, en todas estas actuaciones se echó mucho en falta a algunas asociaciones, que lejos de ayudar, sólo se preocupan de buscar la manera de hacerse oír para ver si les caen algunas subvenciones y de esta forma poder aumentar la nómina de su chiringuito.
Por el contrario, si pudimos ver el trabajo extraordinario, como siempre, de Cruz Roja. Luna Blanca y algunos más, que nunca fallan. Pudimos también asistir al compromiso social de muchos particulares que se volcaron con las personas que habían llegado a nuestra ciudad engañadas.
Pues bien, se trataba de buscar una solución rápida para las muchas personas que estaban avocadas a vivir en la calle, sin la atención mínima necesaria. Aunque la Ciudad Autónoma y la Delegación del Gobierno movieron
inmediatamente sus recursos, el volumen de personas era tan importante que no era nada fácil poder buscar soluciones en pocos días para todos.
En medio de tanto caos, se intenta salvaguardar la seguridad de cientos de menores que pululaban por nuestras calles, siempre con la mejor disposición y poniendo por encima el interés real y la protección del menor. Se actúa con rapidez, con el apoyo de Marruecos, y se busca la manera más ágil de hacer volver a estos menores con sus familias, algo que no hubiera sido posible sin la colaboración de las autoridades marroquíes. Se activa para este procedimiento un Convenio suscrito entre ambos países para facilitar la vuelta de los menores a su país con sus familias. Siempre con la máxima participación y colaboración entre ambos países, de forma coordinada y con la supervisión de los funcionarios competentes.
¿Es que esos menores hubieran estado mejor durmiendo en solares abandonados, en el monte, por las calles y plazas, etc? ¿De verdad el interés del menor es ser ubicado en un centro o una nave en circunstancias muy precarias y en plena pandemia del COVID? Por supuesto que confiamos en la justicia y esperamos que prime la sensatez, y que esta acusación contra Mabel y Ory quede en nada, porque ambas hicieron en esos momentos y con las circunstancias existentes, lo que consideraron mejor para los menores y sus familias, que estaban angustiadas por lo que pudiera pasarles a sus hijos.
Ya veremos si esas presuntas ONG’S denunciantes buscaban de verdad el interés del menor o su propio interés. Ya veremos si esas mismas asociaciones son tan diligentes en denunciar algunos comportamientos políticos que hacen del acoso y la culpabilización de menores e inmigrantes su discurso del odio. Por último, mi más sincero reconocimiento al presidente Vivas por dar la cara desde el minuto uno y salir en defensa de dos personas inocentes, cuyo único delito ha sido intentar dar mayor seguridad y protección a unos menores que podían estar en gravísimo riesgo viviendo en las calles.