Los autos de choque van frenando y suena la característica sirena que indica que se han terminado. Pipiripirí. Y Alberto se tapa rápidamente las orejas con ambas manos. Se levanta rápido y estirándole el brazo, hace entender a su madre que no quiere una segunda ronda. Dos pasos más tarde, la mirada se le clava, gozosa, al barco de color rosa que se balancea. Belén, su madre, que explica que es el primer año que vienen a la feria gracias a las cuatro horas de silencio pactadas con los feriantes.
Alberto y su hermano gemelo tienen autismo. Uno de cada cien niños en España tienen el mismo diagnóstico, según explica Ana Escalante, la coordinadora de Autismo Ceuta. De hecho, Javier Expósito, el presidente de la misma entidad, afirma que es la discapacidad que más se diagnostica en la ciudad. A las 20:30 han quedado decenas de familias, junto con miembros del gobierno autonómico, a los cuales Autismo Ceuta agradece acaecidamente una medida que ha sido probada en la Feria de Sevilla y en la de Jerez.
Ha tenido muy buena acogida, tanta que los feriantes ceutíes se han sumado a la iniciativa de no emitir ruidos sin haber firmado ningún convenio, comprometiéndose de motu propio a la visibilización del autismo. Las calles de la Feria muestran un agradable y relativo silencio. Será la primera vez que algunas personas con autismo disfrutarán más de las atracciones y no sufrirán las mismas. El silencio ha empezado a las siete de la tarde, pensando en aquellas personas a las que las luces también les produce un impacto visual desagradable. Imagínense que la música, las luces de neón y las aglomeraciones vividas con un estrés dos o tres veces lo que el lector podría soportar. Pues así es como pueden vivir la Feria quién tenga una hipersensibilidad.
Las familias y la asociación aplauden la iniciativa. Están muy agradecidos, aunque no tanto como los niños y las niñas con autismo. Aun así, no todo el mundo sigue soportando el ambiente de la feria, y las familias explican que sería genial llenar de silencio más espacios temporales de cara al año que viene.
Galería de Antonio Sempere