Si bien, la entrada de la globalización en España con el modelo económico americano es bastante reciente, sus efectos son tan devastadores en una sociedad que parecen haber estado afectando todo un siglo.
Es sabido que aclamar a que «todo tiempo pasado fue mejor» es conducir el futuro al fracaso. Cada generación tiene diferentes metas pero la esencia es la misma. Hay que apostar sí o sí por el progreso y el valor de la juventud, pero no nos engañemos, para vivir hay que comer.
Nuestros jóvenes están siendo abocados a la precariedad laboral y vital. El emprendedor como modelo vip de estatus social tiene una gran deficiencia: El mercado está en decadencia moral y debe reinventarse y además se ahoga por la grave crisis económica causada por la pandemia.
Sin mercado no hay red empresarial , el empleo queda extinguido. La crisis pasará, sí, dejando un panorama desolador a su paso y la juventud, como principal afectada, necesita nuestra ayuda; la de los mayores, la del Gobierno y las Administraciones.
Toda la ayuda es poca para salvar a una generación perdida cuya dolencia no es otra que el Sistema. Un Sistema que les da mucho circo y poco pan.
Sin trabajo, sin vivienda, se pasan la vida estudiando y/o esperando, ya que los planes de vida de cualquier persona pasa por la realización personal a través del trabajo teniendo un techo bajo el que desarrollar una vida.
Las colas del hambre se alargan mientras el show continúa con Casas de Apuestas reproduciéndose como setas y éste no es un escenario agradable.
Despierten! Nuestro dinero, el de la ciudadanía, debe usarse para ayudar a las familias arruinadas (por eso de la solidaridad social) y sobre todo salvar a una generación perdida. Una solución que nada tiene que ver con un Caminito del Rey millonario en el Hacho que se le ha antojado hacer al Sr. Vivas o a sus colegas (todo un despropósito medioambiental, por cierto).
Sin vergüenza alguna: 28 millones de euros destinados a proyectos inoportunos a la vez que se escatima en ayudas necesarias a sectores que se están yendo directamente a la quiebra.
Mientras, Ceuta se desfigura ante la incompetencia de este hipotecado Desgobierno. Un espectáculo bochornoso que ya debería bajar el telón.