Union yes! Union yes! La multitud aclama al líder del sindicato United Auto Workers (UAW) en la Convención Nacional Demócrata en Chicago. Shawn Fain, con una camiseta que llama ‘esquirol’ a Donald Trump, apoya a Kamala Harris como ‘próxima presidenta de Estados Unidos’. Los sindicatos, como el poderoso UAW, están profundamente involucrados en una campaña marcada por la economía.
La vicepresidenta Harris se centra en los estados bisagra, mientras que los Teamsters han optado por no apoyar oficialmente a ningún candidato, reflejando una división interna. Una encuesta muestra que casi el 60% de sus afiliados prefiere a Trump, quien ganó en estados clave como Pensilvania, Michigan y Wisconsin en 2016. Sin embargo, Trump enfrenta desafíos para convencer a sectores como la hostelería y servicios.
El giro de los camioneros hacia Trump marca un cambio significativo. Sean O’Brien, líder de Teamsters, ha expresado su intención de trabajar con una coalición bipartidista, lo que ha generado tensiones internas. A pesar de las críticas, algunos miembros del sindicato han participado en eventos demócratas, mostrando la complejidad de las lealtades sindicales.
Más allá del mito del obrero blanco estadounidense, los sindicatos representan a trabajadores de clase media privilegiada en sus sectores. La tasa de afiliación es mayor en el sector público que en el privado, y los trabajadores negros están impulsando las cifras sindicales. La justicia racial y social se ha convertido en un tema central en los discursos sindicales.
Harris apuesta por la salud laboral, proponiendo medidas como bajas médicas pagadas y extensión de coberturas de Medicaid. En contraste, Trump promete reducir impuestos y gasto estatal en seguros sociales, lo que podría alejar a los sindicalizados pero atraer a quienes ven los sindicatos negativamente.
La afiliación sindical ha disminuido, pero su popularidad está en máximos históricos. Desde 2022, el 70% de los estadounidenses apoya la idea de los sindicatos, especialmente entre votantes demócratas. Este apoyo refleja el éxito en la negociación colectiva en sectores como la industria del motor y Hollywood.