En la localidad valenciana de Picaña, la comunidad se ha volcado en la búsqueda de personas desaparecidas tras el reciente desastre natural. Cientos de vecinos y voluntarios se han organizado para llevar a cabo labores de desescombro, limpieza y retirada de muebles y vehículos destrozados que aún obstruyen las calles.
Alejandro, un vecino de Manises, ha estado recorriendo los pueblos cercanos durante seis días, ayudando en lo que puede. En la mañana del lunes, mientras limpiaban un garaje, encontraron el cuerpo sin vida de un niño de tres años. «No lo estábamos buscando, estábamos limpiando garajes», explicó Alejandro con emoción. «Falta el hermanito, que son dos», añadió.
Tras el hallazgo, Alejandro y otros voluntarios avisaron a las autoridades, lamentando la ausencia del ejército en la zona. «Los bomberos vinieron, pero no pudieron montar la bomba; la montamos nosotros con nuestros propios equipos de casa», relató Alejandro, quien destacó la falta de medios y recursos, que están siendo costeados por los propios vecinos.
«No hay que limpiar casas, hay que encontrar a los que nos faltan», enfatizó Alejandro. Como él, muchos otros han tenido que adquirir generadores para poder vaciar el agua de los garajes. «Hay gente que todavía está desaparecida. Tenemos que buscarla, no hay que limpiar casas, hay que buscar a los que nos faltan, a nuestros hermanos, nuestros vecinos», insistió.
El deseo de encontrar a personas vivas es el motor que impulsa a estos voluntarios. «Lo que queremos es encontrar gente viva. Muertos ya vamos a encontrar miles y miles», expresó Alejandro, quien ha estado presente en varios pueblos afectados por la DANA. Las cifras oficiales de fallecidos superan los 200, pero para Alejandro, esta cifra es solo una fracción de la realidad.
«Vengo de Picaña, Paiporta, hasta Calicanto. Cuando suban a los chalets, van a ver cómo estos han desaparecido, o sea, hay gente todavía desaparecida. Tenemos toda la zona de Calicanto, Cheste, toda esa zona que ha bajado desde Chiva al río, toda esa zona lo ha arrasado todo», denunció Alejandro, resaltando la magnitud de la catástrofe.
La comunidad ha dejado claro que lo que más necesitan es mano de obra y herramientas, no comida. «Lo que necesitamos es gente, no hace falta comida, ya estamos servidos. Hacen falta herramientas y que vengan aquí a echarnos una mano», concluyó Alejandro, haciendo un llamado a la solidaridad y a la acción conjunta.