La tasa de positividad ha pasado de ser la más alta de España a encontrarse por debajo de la media nacional. Además de por la estabilización de las transmisión comunitarias gracias a las medidas restrictivas, este caída en la tasa de positividad se explica por la realización de pruebas diagnósticas a personas asintomáticas. De las 1.122 personas que han pasado por el «Punto COVID», solo 48 han dado positivo.
Según ha deslizado la directora general de Sanidad, Rebeca Benarroch, en declaraciones a Radio Televisión Ceuta, actualmente hay unas 700 personas confinadas en sus domicilios por ser casos sospechosos o contactos directos con positivos de coronavirus, cifra que se dista mucho, por ejemplo, de las más de 1.500 aisladas solo entre la comunidad educativa que se registraban a principios de de noviembre.
La segunda ola del coronavirus en Ceuta provocó que la ciudad liderase varios de los indicadores de riesgo, como son la incidencia acumulada de contagios en los últimos catorce días y la tasa de positivad en las pruebas realizadas por cada cien mil habitantes, y que manejase una presión asistencial que hizo saltar las alarmas ante un posible colapso de los servicios sanitarios. De hecho, aunque la transmisión del virus se ha estabilizado en las últimas dos semanas; el ritmo de decesos no decaído, registrando 31 fallecimientos en los 27 días que hemos tachado del mes de noviembre.
No obstante, parece que empieza a verse luz al final del camino que recorren las autoridades a fin de contener la transmisión del virus en la ciudad. Esta reducción de personas confinadas bien puede explicar porque, en poco más de dos semanas, Ceuta ha conseguido rebajar la incidencia acumulada a 441,16 casos por cada cien mil habitantes, cifra que aunque todavía es de «riesgo extremo», según los criterios del Ministerio de Sanidad, se aleja de los más de mil contagios por cada cien mil habitantes que se llegaron a alcanzar. También ha descendido, y en mayor medida, la tasa de positividad de las pruebas diagnósticas que se realizan. Con datos actualizados a 26 de noviembre, Ceuta registra una tasa de un 9,48%, más de un punto por debajo de la media nacional, un 10,6%. Esta caída se explica por dos razones principales, además del impacto de las restricciones:
- En primer lugar, el aumento en el número de pruebas que se realizan: se ha pasado de unas quinientas pruebas semanales a más de dos mil. Este incremente se debe en gran medida a la incorporación de los test de antígenos como herramienta diagnóstica, ya que representan el 85% de las pruebas que se realizan actualmente.
- En segundo lugar y relacionado con el punto anterior, se ha ampliado el rango de personas a las que se le realizan pruebas. La instalación del Punto COVID ha supuesto que la ciudad realice por primera vez pruebas a personas asintomáticas y los datos que llegan desde este dispositivo de detección de casos arrojan una tasa de positividad de poco más de un 4%, con solo el 48 de resultados positivos entre las más de mil pruebas realizadas hasta la fecha.
Sin embargo, los datos esperanzadores no deben ser motivo para bajar la guardia. Aunque Ceuta parece que comienza a controlar la situación, sigue estando considerada como un territorio de «riesgo extremo«.
En base a los parámetros de la Incidencia Acumulada (IA) en los últimos 14 días, IA en los últimos 7 días, tasa de positividad, porcentaje de camas ocupadas y de camas UCI ocupadas, el Ministerio de Sanidad dispone cuatro niveles: riesgo bajo, medio, alto y extremo. La Ciudad Autónoma está en «riesgo extremo» en tres parámetros del «semáforo» de la covid-19, la incidencia acumulada de los últimos 14 y los últimos 7 días y en el porcentaje de camas UCI ocupadas y en «riesgo alto» en el porcentaje de camas ocupadas, siendo el «riesgo medio» en la tasa de positividad de las pruebas diagnosticas el nivel más bajo que registra.