El primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, han lanzado duras críticas contra Elon Musk, propietario de la plataforma X, acusándolo de promover la desinformación y respaldar ideas reaccionarias. Starmer señaló que Musk «extiende mentiras y desinformación» sobre los abusos sexuales a menores, mientras Macron advirtió que el magnate lidera «una nueva internacional de reaccionarios».
En una escalada de tensiones políticas, el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, han unido sus voces para condenar a Elon Musk, propietario de la plataforma X, anteriormente conocida como Twitter. Ambos líderes acusan a Musk de utilizar su plataforma para diseminar información falsa y apoyar una agenda reaccionaria.
Keir Starmer criticó a Musk por «extender mentiras y desinformación» sobre los abusos sexuales a menores, sugiriendo que sus acciones están fomentando un clima de desconfianza y alarma pública. Starmer afirmó que la difusión de este tipo de información no solo es irresponsable sino peligrosa, especialmente cuando se trata de temas tan sensibles.
Por su parte, Emmanuel Macron fue aún más contundente, describiendo a Musk como el líder de «una nueva internacional de reaccionarios». Macron expresó su preocupación por el impacto global que podría tener la propagación de ideas extremistas y reaccionarias a través de una plataforma con el alcance de X.
Las críticas de ambos mandatarios reflejan una creciente preocupación internacional sobre el papel de las redes sociales en la difusión de desinformación y la influencia que figuras prominentes como Musk pueden tener en la formación de opiniones públicas y políticas. Este enfrentamiento también subraya las tensiones entre los gobiernos europeos y las grandes plataformas tecnológicas en la regulación del contenido en línea.
Elon Musk, conocido por sus posturas controvertidas y su defensa de la libertad de expresión sin restricciones, aún no ha respondido a las acusaciones. Mientras tanto, el debate sobre el equilibrio entre la libertad de expresión y la responsabilidad en la era digital continúa intensificándose.