Fueron condenados a seis meses de prisión, pero la pena ha quedado en suspenso, según ha informado las autoridades locales
La ciudad vecina de Fnideq lleva tres viernes consecutivos siendo testigo de como una gran parte de sus habitantes sale a protestar por la situación desesperada en la que se encuentran debido al bloqueo fronterizo con Ceuta y a la falta de alternativas económicas.
Cuatro jóvenes que fueron detenidos en la primera protesta del 5 de febrero, que derivó en disturbios y enfrentamientos entre ciudadanos y gendarmería, recibieron una condena de seis meses de cárcel que, finalmente, no se materializará al haber quedado la pena en suspenso, según han informado las autoridades locales.
Esta decisión por parte de las autoridades, junto al reparto de alimentos básicos que en los últimos días se ha llevado a cabo en la zona, puede entenderse como un intento de calmar los ánimos o, al menos, de no avivar las llamas. Además, el Ejecutivo marroquí ha anunciado que va desarrollar una serie de ayudas económicas mensuales para la población de la zona norte de Marruecos, ayudas que para el movimiento «Por la Ciudad de Fnideq» deberían ir a los bolsillos de las personas que trabajaban en Ceuta o que vivían del contrabando -«porteo»- de mercancías entre Ceuta y Fnideq.
Sin embargo, para una población que se encuentra realmente desesperada, todo lo que no se traduzca en medidas concretas y factibles que ofrezcan un futuro a medio plazo, significa más bien poco. Eso es, al menos, lo que recogen varios de comunicación de la zona norte de Marruecos. Se habla de rechazo a la «caridad» del Gobierno de Marruecos y de demandas de «medidas serias» que realmente suponga una alternativa económica de futuro para la población de la Región de Tánger-Tetuán-Alhucemas.