Tanzania ha confirmado un brote del virus de Marburgo, similar al ébola, en la región noroccidental de Kagera, tras haber negado los casos solo una semana antes. La presidenta Samia Suluhu Hassan hizo el anuncio el lunes, destacando que las autoridades sanitarias están tomando medidas rápidas para contener la propagación del virus, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) está colaborando con las autoridades locales en la respuesta.
El virus de Marburgo, que causa fiebre hemorrágica y tiene una alta tasa de mortalidad, ha sido confirmado oficialmente en Tanzania, según el anuncio de la presidenta Samia Suluhu Hassan el lunes. Este brote ocurre una semana después de que la ministra de Salud del país, Jenista Mhagama, asegurara que los casos sospechosos habían resultado negativos para el virus tras realizar las pruebas pertinentes.
El primer caso confirmado fue detectado en la región de Kagera, ubicada en el noroeste del país, un área con conexiones transfronterizas con países como la República Democrática del Congo, Uganda, Burundi y Ruanda. La OMS había informado el 14 de enero sobre la presencia de nueve casos sospechosos y ocho muertes en solo cinco días, lo que despertó alarmas sobre un posible brote en la zona. Sin embargo, las autoridades tanzanas, inicialmente, desestimaron el reporte, asegurando que las muestras enviadas para su análisis resultaron negativas para Marburgo.
A pesar de las dudas iniciales, la presidenta Samia confirmó el lunes que un caso de Marburgo había sido efectivamente diagnosticado, añadiendo que se habían tomado muestras de otras 24 personas sospechosas, todas las cuales dieron negativo. No obstante, aún no se ha esclarecido la causa de las ocho muertes reportadas por la OMS.
El virus de Marburgo es altamente contagioso y se transmite principalmente a través de los murciélagos frugívoros, siendo posteriormente propagado por contacto con fluidos corporales de personas infectadas. Los síntomas incluyen fiebre alta, dolores musculares, diarrea, vómitos y, en algunos casos, la muerte por hemorragias graves. La tasa de mortalidad es alarmantemente alta, alcanzando aproximadamente el 50% de los infectados, aunque en algunos brotes se ha elevado al 88%.
La OMS y el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de África (CDC) están colaborando con las autoridades tanzanas para rastrear los contactos de los infectados, identificando más de 300 personas que podrían haber estado expuestas al virus. Entre estos, 56 son trabajadores de la salud, de los cuales 16 tuvieron contacto directo con personas sospechosas de estar infectadas.
El riesgo global del brote actual es considerado bajo por la OMS, quien también enfatizó que, aunque no existen tratamientos o vacunas aprobados para el virus, los brotes pueden ser controlados rápidamente mediante medidas de contención eficaces. La comunidad internacional sigue de cerca la situación, mientras Tanzania intensifica los esfuerzos para evitar la propagación del virus, sin que se establezcan restricciones internacionales por el momento.
Este brote recuerda a la población tanzana el desafío del virus de Marburgo, que ya había golpeado el país en 2023, causando seis muertes en el distrito de Bukoba. La rápida actuación de las autoridades y la cooperación internacional serán clave para evitar que este brote se convierta en una crisis mayor en la región.