27 personas han dejado Ceuta atrás esta mañana por primera vez. Entraron perseguidos y a escondidas por unas políticas que les convierten en clandestinos, pero su perseverancia ha dado frutos. A las 11 han embarcado dirección a la Península con nervios, miedos e ilusión.
Dentro del grupo de la «lista Baleària» había dos mujeres. También tres personas marroquíes, con muchas más dificultades para llegar a la Península desde Ceuta que la mayoría de personas subsaharianas. Ibrahima, de Guinea Conakry, estaba tan nervioso que casi no podía hablar «por los codos», como dice él en un magnífico castellano. «Voy a dejar muchos amigos», decía, «pero tengo que ir a perseguir mis sueños».