La sesión de control en el Congreso comenzó con un enfrentamiento directo entre el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Feijóo inició su intervención cuestionando a Sánchez sobre sus preocupaciones respecto a los mensajes de WhatsApp y las declaraciones de Aldama, insinuando conexiones problemáticas con el Gobierno.
Feijóo acusa a Sánchez
Feijóo no dudó en lanzar acusaciones directas, sugiriendo que Aldama, quien supuestamente tenía vínculos con el Gobierno, es una figura de interés. «¿Es un don nadie?», preguntó retóricamente, poniendo en duda la credibilidad de la Fiscalía y sugiriendo que esta podría estar influenciada políticamente.
La respuesta de Sánchez
Sánchez respondió con firmeza, acusando a Feijóo de dar más credibilidad a un «delincuente confeso» que a instituciones oficiales como la AEMET. Recordó la polémica foto de Feijóo con Marcial Dorado, un conocido narcotraficante, para subrayar la falta de autoridad moral de su oponente.
«Usted puede darme pocas lecciones», afirmó Sánchez, aludiendo a la historia de financiación irregular del partido de Feijóo y sugiriendo que su liderazgo fue diseñado para encubrir escándalos de corrupción.
Defensa del Fiscal General
En medio de las acusaciones, Sánchez defendió al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, quien enfrenta imputaciones por revelación de secretos. Sánchez criticó a la presidenta de la Comunidad de Madrid y su jefe de gabinete, exigiendo responsabilidades por difundir información falsa.
Intervención de Abascal
El líder de Vox, Santiago Abascal, también participó en el debate, cuestionando a Sánchez sobre supuestas llamadas a consejeros delegados de empresas públicas. Sánchez respondió acusando a Abascal de racismo y negacionismo, lo que llevó a un intercambio aún más acalorado.
Abascal acusó a Sánchez de evitar responder preguntas directas y de utilizar el Congreso para «esparcir lodo». El presidente del Gobierno concluyó el debate desafiando a Abascal a revelar cualquier información comprometedora que pudiera tener.
Conclusión
El rifirrafe en el Congreso refleja la creciente tensión política en España, con líderes de partidos principales intercambiando acusaciones sobre corrupción y gestión gubernamental. La sesión dejó claro que las divisiones políticas continúan profundizándose, afectando la capacidad de diálogo y consenso en el país.