Granada vive una jornada de alta tensión tras los enfrentamientos entre okupas, vecinos y la policía durante el intento de desalojo de un edificio ocupado en pleno centro de la ciudad. El inmueble, ocupado hace dos meses por un grupo de alrededor de 50 personas que se definen como artistas, se ha convertido en el epicentro de un conflicto que ha sacudido la comunidad.
Desde tempranas horas, los okupas se unieron para evitar el desalojo, bloqueando el acceso al edificio y resistiéndose a abandonar el lugar. La propietaria del inmueble contrató a una empresa especializada en desalojos, lo que provocó la intervención policial para controlar la situación.
Enfrentamientos en la vía pública
En la calle, un centenar de simpatizantes de los okupas se enfrentaron a los agentes, lo que derivó en cargas policiales y el despeje de la vía pública. Durante los enfrentamientos, hubo un detenido y varias personas resultaron heridas, requiriendo atención médica.
La situación se tornó aún más caótica con el lanzamiento de botellas y líquidos hacia los miembros de la empresa de desalojos, quienes lograron retomar el acceso al edificio. La tensión persistió durante toda la tarde y parte de la noche, con múltiples intentos de los okupas por volver a ocupar el inmueble.
Un acuerdo para la salida
Finalmente, tras horas de enfrentamientos, se alcanzó un acuerdo: los okupas se comprometen a abandonar el edificio en un plazo de dos meses. Mientras tanto, los vecinos han expresado su alivio, pero también su preocupación por la situación vivida durante estos meses. Muchos se quejan de los problemas de convivencia, como la suciedad y el ruido, que han afectado la tranquilidad del barrio.
Este desalojo en Granada pone de manifiesto la creciente problemática de las ocupaciones ilegales en España y los desafíos que enfrentan tanto las autoridades como los propietarios y vecinos en la resolución de estos conflictos.