El viernes pasado, dos soldados de la misión de paz de la ONU en el Líbano, conocidos como ‘cascos azules’, resultaron heridos tras un ataque en su cuartel general en Naqoura. Este es el segundo ataque en menos de 24 horas, lo que ha incrementado la preocupación internacional sobre la estabilidad en la región.
Según un comunicado oficial de la ONU, el cuartel general de la FINUL en Naqoura fue impactado por explosiones, afectando a dos efectivos de mantenimiento de la paz. Uno de los soldados heridos fue trasladado a un hospital en Tiro, mientras que el otro está recibiendo tratamiento en Naqoura.
La agencia nacional de noticias libanesa NNA informó que el ataque fue perpetrado por un tanque Merkava, presuntamente israelí, que disparó contra una de las torres de vigilancia de la FINUL, hiriendo a dos soldados del batallón de Sri Lanka.
Este incidente sigue a otro ataque ocurrido el jueves, donde dos soldados indonesios sufrieron heridas leves al caer de una torre de vigilancia derribada por disparos del Ejército israelí.
Fuentes del Ministerio de Defensa español confirmaron que no hay soldados españoles afectados y que el área donde se encuentra el contingente español no ha sido atacada.
En respuesta a estos eventos, el primer ministro del Líbano, Najib Mikati, ha solicitado al Consejo de Seguridad de la ONU que adopte una resolución para un ‘alto el fuego inmediato y completo’. Mikati también afirmó que el Gobierno libanés está dispuesto a desplegar al Ejército en el sur del país para garantizar la aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad.
Durante una rueda de prensa, Mikati subrayó que Hizbulá está de acuerdo con esta medida, destacando el compromiso del Gobierno libanés de implementar todas las cláusulas de la resolución, incluida la del despliegue del Ejército en la frontera sur.
La situación en el Líbano sigue siendo tensa, y la comunidad internacional observa con atención los desarrollos en la región. La seguridad de los ‘cascos azules’ y la estabilidad del área son prioridades urgentes para evitar una escalada mayor del conflicto.