El alto el fuego entre Israel y Hizbulá, que entró en vigor este miércoles, está en peligro tras los recientes ataques del Ejército israelí en el sur del Líbano. Un tanque israelí disparó contra la ciudad de Markaba, hiriendo al menos a dos personas, según fuentes de seguridad libanesas. Además, se reportaron disparos de artillería en Kfarchouba, Aita al Shaab y Bint Yebeil, todas cercanas a la frontera con Israel.
Las Fuerzas Armadas israelíes justificaron estos ataques alegando la presencia de ‘sospechosos’ en vehículos en estas áreas, lo cual consideran una violación del alto el fuego. Israel ha prohibido el acceso a diez localidades en el sur del Líbano, advirtiendo que cualquier movimiento hacia el sur de esta línea es peligroso.
El acuerdo de tregua contempla tres fases: el repliegue de Hizbulá al norte del río Litani, la retirada total de las tropas israelíes en 60 días, y negociaciones sobre la demarcación de la frontera. Sin embargo, el retorno de los desplazados se ha visto obstaculizado por las tensiones actuales.
Desde el inicio de las hostilidades el 8 de octubre de 2023, más de 3.800 personas han muerto en Líbano debido a los ataques israelíes. La mayoría de las muertes ocurrieron desde el 23 de septiembre, cuando Israel intensificó su campaña de bombardeos en el sur y este del país.
En paralelo, en la Franja de Gaza, los ataques israelíes han causado la muerte de al menos 17 palestinos este jueves. Las fuerzas israelíes han intensificado los bombardeos en áreas centrales y han profundizado sus incursiones con tanques en el norte y sur del enclave.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha denunciado que Israel ha impedido el acceso de ayuda humanitaria al norte de Gaza en 82 ocasiones desde el 6 de octubre. Esta situación ha empeorado las condiciones de vida de miles de palestinos en la región.
Con la llegada del invierno, las fuertes lluvias y el frío agravan la situación de los desplazados en Gaza. La UNRWA advierte que las necesidades son desesperadas, ya que muchas tiendas de campaña están inutilizables y las inundaciones afectan los campamentos improvisados.
El conflicto, iniciado tras un ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, ha dejado casi 44.200 muertos en Gaza y ha desplazado a gran parte de su población. La destrucción de infraestructura civil ha sido masiva, complicando aún más la situación humanitaria en el enclave.