La Confederación Hidrográfica del Júcar falló en la previsión de la presa de Forata durante la DANA de octubre
Según un correo electrónico obtenido por EL ESPAÑOL, la Confederación Hidrográfica del Júcar no detectó el peligro inminente de la presa de Forata durante la DANA que azotó Valencia el 29 de octubre.
Cuerpo: El 29 de octubre de 2023, durante la DANA que descargaba intensas lluvias sobre la provincia de Valencia, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) no detectó el grave peligro de rotura de la presa de Forata, que pone en riesgo la ribera del río Magro. En las horas críticas de la tormenta, cuando el barranco del Poyo estaba causando las mayores inundaciones, el sistema de alerta falló y dejó en evidencia la falta de previsión de la CHJ.
El Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de Forata envió un informe a las 18:04 horas, donde se indicaba que no se alcanzaría la cota de peligro de la presa hasta las 7:00 de la mañana del 30 de octubre, lo que otorgaba aún 13 horas de margen. Sin embargo, este pronóstico resultó erróneo, ya que a las 19:33 horas, solo 89 minutos después, la presa ya había alcanzado los niveles críticos, momento en que comenzaron a activarse las alertas rojas en el Centro de Coordinación Operativa de Emergencias (CECOPI).
Los correos electrónicos enviados desde la CHJ a las autoridades competentes indicaron que la situación había alcanzado el «Escenario 2», lo que implica un grave riesgo de rotura de la presa. A las 18:24 horas, la presa ya estaba abriendo las compuertas para aliviar el agua, pero la situación se deterioró rápidamente, alcanzando 633,67 metros cúbicos por segundo a las 18:55 horas.
A las 19:33 horas, la situación se agravó, con la presa liberando más de 900 metros cúbicos por segundo y alcanzando casi su capacidad máxima de 37,4 hectómetros cúbicos. En este momento, el CECOPI fue informado de que la presa se encontraba en lo que se denomina «Escenario 3», un nivel de peligro extremo en el que la rotura de la presa es casi inevitable.
Durante la reunión del CECOPI, los responsables de la CHJ no pudieron garantizar que la presa pudiera soportar la presión del caudal, ya que la entrada de agua superaba la capacidad de evacuación del embalse. La alerta máxima se activó cuando ya se había liberado más agua de la que la presa podía manejar, lo que colocaba a la población ribereña en grave riesgo.
La alerta a la población solo se produjo a las 20:11 horas, cuando el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, contactó con la consellera Salomé Pradas para informar sobre el alto riesgo de rotura de la presa. Este retraso en las comunicaciones y la falta de previsión de la CHJ resultaron en una gestión de crisis deficiente en una de las peores tormentas de los últimos años, que dejó más de 220 muertos.
Este fallo en la gestión de la emergencia y la incorrecta previsión sobre el riesgo de la presa ha levantado dudas sobre la eficacia de los sistemas de alerta y la capacidad de respuesta de las autoridades durante la DANA de octubre. Las autoridades competentes continúan evaluando el impacto de los errores cometidos en la gestión de la crisis.
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