Abdelkamil Mohamed Mohamed
En los últimos años, TikTok, una plataforma que originalmente surgió como un espacio de creatividad y entretenimiento, ha evolucionado hacia un escenario donde los enfrentamientos verbales y las controversias se han convertido en el pan de cada día. Algunos de sus creadores más notorios han encontrado en el insulto y la vulgaridad una herramienta para ganar visualizaciones y aumentar su fama. Sin embargo, esta tendencia plantea una pregunta crucial: ¿a qué precio se logra esta popularidad?
Lo que debería ser una red social para compartir ideas y conectar personas, hoy se ha transformado en un espectáculo preocupante donde los directos están dominados por comportamientos tóxicos y lenguaje obsceno. Lo más alarmante es que este contenido muchas veces llega a menores de edad, quienes son una parte significativa de la audiencia de TikTok. Algunos creadores, detrás de una fachada de éxito y moralidad, muestran vidas que distan mucho de ser un modelo a seguir.
La Influencia de los “Falsos Ídolos”
Muchos jóvenes buscan en estos “influencers” a sus referentes. Sin embargo, en lugar de transmitir valores positivos, estos creadores suelen ofrecer un mensaje cargado de superficialidad, conflictos y promesas vacías. Los directos llenos de insultos y controversias no solo entretienen, sino que también normalizan conductas como la falta de respeto, el morbo y la mediocridad.
Este fenómeno no es inofensivo. Refuerza comportamientos negativos entre jóvenes impresionables que, buscando aceptación y un sentido de pertenencia, terminan imitando actitudes que reflejan lo peor de esta tendencia.
El Auge de los Directos Conflictivos
Los directos en TikTok están ganando una enorme popularidad. Miles de usuarios se conectan para ser testigos de discusiones y enfrentamientos, alimentando una dinámica preocupante: cuanto más escandalosos son los contenidos, más atención reciben. Esto crea un círculo vicioso en el que la vulgaridad y el espectáculo vacío son premiados con mayor audiencia.
Mientras tanto, los contenidos creativos y educativos quedan relegados a un segundo plano. La plataforma, que alguna vez fue sinónimo de originalidad, parece haber cedido su espacio a la mediocridad como modelo de éxito.
La Responsabilidad es de Todos
Como sociedad, es momento de reflexionar sobre el tipo de contenido que consumimos y apoyamos en plataformas como TikTok. La responsabilidad no recae únicamente en la red social, que necesita mejorar sus sistemas de moderación, sino también en los usuarios. Cada “me gusta” y cada visualización refuerzan la narrativa de que el espectáculo vulgar y el conflicto son aceptables.
No se trata de limitar la libertad de expresión, sino de ser conscientes del impacto que estos contenidos tienen, especialmente en los más jóvenes. Es fundamental promover un consumo más crítico y exigente, que valore la calidad y el contenido que construya, en lugar de destruir.
Una Llamada al Cambio
TikTok tiene un potencial inmenso para inspirar, educar y conectar a millones de personas. Sin embargo, si permitimos que la mediocridad y el conflicto sigan dominando, estaremos desperdiciando esa oportunidad. Es momento de exigir más: más creatividad, más contenido constructivo y más responsabilidad en lo que consumimos y compartimos.
Como usuarios, padres, educadores y ciudadanos, tenemos el poder de cambiar esta narrativa. El cambio está en nuestras manos. Si queremos un futuro mejor para las nuevas generaciones, debemos dejar de idolatrar a los “falsos ídolos” y centrarnos en aquellos contenidos que realmente aporten algo positivo. Es hora de que la inteligencia vuelva a tomar la palabra.