El partido de ultraderecha sigue empeñando en exprimir hasta la última gota de rédito político posible a la crisis humanitaria de Ceuta, aunque ello suponga dinamitar la paz social. El resto de partidos políticos, por el contrario, llaman a la calma y a la unión y piden a los/as ceutíes que no entren en las provocaciones de Vox.
Santiago Abascal, líder de Vox, ha anunciado que mantiene programado el acto público previsto para este lunes en Ceuta, pese a que desde la Delegación del Gobierno se advirtió que, tanto este como una concentración paralela que se había orquestado en redes sociales, quedaban prohibidos por suponer «un riesgo para la seguridad ciudadana», según ha desprendido la Institución de Plaza de los Reyes. «No es momento de tensar más la situación y crispar la pacífica convivencia de los ceutíes», añade el comunicado.
Sin embargo, desde VOX han recurrido la prohibición y desde las redes sociales del propio Abascal no han tardado en reafirmarse y señalar que continúan con la intención de celebrar el acto. Es más, los representantes del partido de ultraderecha en Ceuta animan a la población a acudir al acto en Plaza de los Reyes. En este sentido, Delegación del Gobierno ha vuelto a insistir en que hará lo que sea necesario para evitar que se celebre el acto.
Al contrario que Vox, «el resto de formaciones políticas con representatividad institucional en Ceuta, es decir, Caballas, MDyC, PSOE y PP, intentan, por el contrario, apaciguar los ánimos y hacer llamamientos a la unidad entre el pueblo ceutí para evitar posibles incidentes». Todos los partidos políticos de la Asamblea, excepto Vox, obviamente, señalan lo mismo: es el momento de estar unidas y de luchar por Ceuta, no de pelear entre vecinos y vecinas.
Abascal no vuelve a Ceuta para «defender las fronteras» como suscriben los carteles propagandísticos del acto, vuelve porque su visita anterior, desde el punto de vista mediático, fue del todo intrascendente. No le importó a nadie, había problemas serios a los que atener. Y es que, la defensa de Vox de la frontera de Ceuta en la anterior visita de su amado líder consistió en una rueda de prensa de 10 minutos en la que Abascal contestó a la friolera de tres preguntas antes de que la cuarta no le agradase y comenzase a insultar al periodista que se la había hecho a la par que huía escoltado hasta su furgoneta. De hecho, donde estuvo más tiempo fue en la Plaza de África, haciéndose fotos con sus simpatizantes y, de paso, faltando al respeto a más de la mitad de la población ceutí a la que tachó de «quintocolumnistas».