Las autoridades sirias han anunciado un toque de queda en la ciudad de Homs, en respuesta a las protestas y enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y seguidores de la rama chií alauí. Esta medida busca contener la violencia que ha dejado varias víctimas mortales en la región.
En un comunicado oficial, la Administración de Homs ha pedido a los civiles que permanezcan en sus hogares desde las 18:00 horas hasta las 8:00 del día siguiente. Esta decisión se produce tras una serie de choques violentos que han sacudido la ciudad y otras áreas del país.
El Mando de Operaciones Militares, perteneciente a la coalición insurgente que derrocó al régimen de Bachar al Asad, ha confirmado el toque de queda. Sin embargo, no ha mencionado las protestas ni las víctimas, limitándose a informar sobre la neutralización de grupos hostiles en las cercanías de Tartus y Al Kardaha.
Según fuentes locales, al menos dos personas han muerto en Homs durante los enfrentamientos, mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos reporta seis muertes adicionales en Tartus. Estas cifras reflejan la gravedad de la situación y el nivel de descontento entre la población alauí.
Las manifestaciones han sido impulsadas por la difusión de un video que muestra el incendio de un santuario alauí en Alepo. Aunque el Ministerio del Interior ha asegurado que el video es antiguo y fue provocado por grupos desconocidos, su circulación ha avivado las tensiones sectarias en el país.
Las ciudades de Tartus, Latakia y Jableh, con una significativa población alauí, han sido epicentros de las protestas. La caída del régimen de Al Asad ha dejado un vacío de poder que diversas facciones intentan llenar, generando un clima de inestabilidad y temor entre los ciudadanos.
El gobierno interino, liderado por el Organismo de Liberación del Levante, enfrenta el desafío de estabilizar el país y evitar que las tensiones sectarias se conviertan en un conflicto más amplio. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación los desarrollos en Siria, temiendo una escalada de violencia que podría tener repercusiones regionales.