Un nuevo desastre marítimo ha sacudido las aguas entre las islas de Anjouan y Mayotte, donde al menos 25 migrantes han perdido la vida tras el vuelco deliberado de su embarcación por parte de traficantes. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el incidente ocurrió durante la noche, dejando solo cinco sobrevivientes que fueron rescatados por pescadores locales.
El barco transportaba aproximadamente a 30 personas de diversas nacionalidades, incluyendo siete mujeres, cuatro menores y dos bebés. La tragedia se suma a una serie de incidentes similares en la región, destacando la creciente crisis migratoria en esta ruta.
En los últimos tres meses, se han registrado otras dos tragedias en la misma área. En septiembre, un barco con 12 personas desapareció sin dejar rastro, y en agosto, ocho personas, incluido un niño de 12 años, murieron en circunstancias parecidas.
Un camino mortal hacia Mayotte
Desde 1995, miles de personas han muerto intentando cruzar desde las Comoras hacia Mayotte. Un informe del Senado francés de 2012 estimó entre 7,000 y 10,000 muertes, cifra que la OIM considera subestimada y posiblemente incrementada en años recientes.
La agencia de la ONU subraya la necesidad urgente de establecer vías seguras y legales para la migración, con el fin de mitigar los riesgos que enfrentan los migrantes, especialmente mujeres y niños, en estos peligrosos viajes marítimos.
Contexto político y social
La isla de Mayotte, aunque reclamada por Comoras, es un departamento francés de ultramar. A pesar de ser el más pobre de los departamentos franceses, su estatus europeo lo convierte en un destino atractivo para los migrantes comorenses y de otras nacionalidades que buscan una mejor vida.
Los migrantes suelen utilizar pequeñas embarcaciones conocidas como kwassa-kwassa para intentar llegar a Mayotte, arriesgando sus vidas en el proceso. La situación refleja no solo una crisis humanitaria, sino también un complejo conflicto territorial y político.
La comunidad internacional, liderada por organizaciones como la OIM, continúa abogando por soluciones que prioricen la seguridad y los derechos humanos de los migrantes, mientras se busca una resolución pacífica al reclamo territorial de Comoras sobre Mayotte.