Ante la apertura de la frontera y ver que la Delegación del Gobierno no ha cumplido su palabra, los y las trabajadoras transfronterizas han vuelto a salir a la calle para denunciar la situación de incertidumbre que sufren y seguir reclamando sus derechos
La Plaza de los Reyes ha vuelto a ser el escenario de protesta de trabajadores y trabajadoras transfronterizas. En la tarde de este domingo decenas de personas han salido a la calle para gritar por sus derechos y denunciar la incertidumbre que sufren desde hace más de dos años y ahora de cara a la apertura de la frontera.
Han sido varias las voces que se han alzado, con micrófono en mano, para trasladar su situación y mostrar su malestar ante la falta de información y de respuesta después de tantos meses de lucha. Se calcula que más unas 500 personas son trabajadores transfronterizos en la ciudad y muchos de ellos tienen su documentación caducada después de tanto tiempo sin volver a su país. No saben cómo renovar ni cómo sacarse el visado para poder cruzar la frontera, piden ayuda y humanidad, haciendo un llamamiento a todos aquellos «que se cuelgan medallas pero luego no hacen nada», ha dicho Rachida Jaifri, una de las portavoces del colectivo.
Además, han recordado que la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, les prometió que serían los primeros en cruzar una vez abriera la frontera. Una promesa que finalmente no se va a cumplir ya que el paso fronterizo del Tarajal abrirá este martes, día 17 de mayo, para las personas de la Unión Europea y que tengan permitido circular por el espacio Schengen. Posteriormente, el día 31 de mayo, podrán empezar a cruzar los trabajadores y trabajadoras transfronterizas.
Uno de los trabajadores que hablaba en esta tarde contaba como en los primeros días de protestas, allá por agosto del 2021, les preguntaban hasta cuándo iban a seguir luchando sin ser consciente de todo lo que tendrían que hacer hasta conseguir ser escuchados. Llevan más de siete meses concentrándose todos los lunes frente a la Delegación del Gobierno y todavía no han conseguido nada. No tienen respuestas no tienen soluciones y exigen derechos laborales como trabajadores que cotizan en la Seguridad Social española. «No vamos a parar de luchar», aseguraba.
No quieren que si vuelve a repetirse la historia y se cierra la frontera, ya sea por problemas sanitarios o diplomáticos, se vuelvan a quedar atrapados sin ninguna garantía ni ayuda. Una de las trabajadoras que alzaba su voz este domingo lamentaba no poder cruzar al mismo tiempo que los demás, preguntándose una vez más dónde están sus derechos, y decía que se iría a la frontera a ver quienes tienen más recursos y privilegios para poder pasar por la frontera mientras ella sigue dos semanas más sin poder ver a sus hijos. «Me quedaré allí, llorando, viendo como el resto de personas pasa y yo no puedo ver a mis hijos«, dice.
Otro caso es el de Fatima, que denuncia que su empleador la echó de su trabajo sin ningún derecho, ni finiquito, ni ayuda, y se quedó con sus pertenencias. Ahora, cuenta, que la está chantajeando y no le quiere dar su ropa ni las pertenencias que se dejó en su cada, pidiéndole dinero por ellas. Rachida ha traducido a su compañera y ha hecho un alegato en favor de los derechos humanos, llamando a las asociaciones que puedan ayudar a esta persona, porque como ella hay decenas de casos.
Decenas de personas, cada una con su historia, que siguen luchando. «Libertad, libertad», gritan.