ABDELKAMIL MOHAMED MOHAMED
En Ceuta, una ciudad donde el tejido social es cercano y cualquier noticia se propaga rápidamente, la gestión de los recursos públicos está siempre en el punto de mira. La ciudadanía, de forma legítima, se pregunta si las decisiones se toman de manera justa, transparente y equitativa. Estas inquietudes no deberían percibirse como ataques, sino como oportunidades para mejorar nuestras instituciones y garantizar que los recursos públicos beneficien a quienes más lo necesitan.
Las empresas municipales desempeñan un papel crucial en nuestra vida diaria, gestionando servicios esenciales como la limpieza, el transporte y otros pilares fundamentales de la ciudad. Sin embargo, persiste una percepción entre los ciudadanos: la sospecha de que los procesos de contratación no siempre son completamente abiertos y basados en méritos. Aunque a menudo estas opiniones no son fáciles de comprobar, generan un clima de desconfianza que puede afectar tanto a la eficiencia del servicio como a la credibilidad de las instituciones.
En cuanto a las adjudicaciones públicas, algunos ceutíes creen que ciertas empresas tienen más facilidad para acceder a contratos municipales, ya sea por falta de transparencia en los procesos o por la percepción de que las oportunidades no se reparten de manera equitativa. Este tipo de rumores adquiere fuerza rápidamente en una ciudad pequeña, reforzando la necesidad de que las administraciones actúen con máxima claridad.
El empleo público, uno de los principales motores económicos de Ceuta, tampoco escapa al escrutinio. Muchas voces críticas señalan que los métodos de selección en nuestra ciudad no siempre se ajustan a los estándares nacionales, como el uso generalizado de exámenes tipo test, que garantizan objetividad. La falta de uniformidad alimenta la idea de que no todos los aspirantes compiten en igualdad de condiciones, erosionando la confianza en el sistema y generando frustración entre quienes se sienten desaventajados.
Además, abundan las historias de personas que, aunque estén fundamentadas o no, creen haber sido desplazadas por candidatos con mejores conexiones. Estas percepciones, aunque sean solo rumores, son dañinas para la cohesión social y la confianza en las instituciones.
Los contratos públicos tampoco están exentos de críticas. Se comenta que ciertas empresas siempre parecen estar en primera fila para acceder a proyectos financiados por el ayuntamiento, mientras otras luchan por hacerse visibles. Aunque la teoría dice que las adjudicaciones deberían basarse en criterios técnicos y económicos, la falta de acceso a información clara alimenta las sospechas de favoritismo.
Soluciones para una Gestión Pública Más Transparente
Combatir estas percepciones y reforzar la confianza ciudadana requiere acciones concretas. Algunas propuestas que podrían marcar la diferencia incluyen:
- Auditorías Externas: Establecer revisiones periódicas a la gestión de empresas municipales y contratos públicos, asegurando que se cumplan criterios de eficiencia y justicia.
- Transparencia Activa: Publicar de forma accesible y detallada toda la información relacionada con adjudicaciones, procesos de selección y gastos públicos.
- Uniformidad en las Oposiciones: Implementar exámenes tipo test como estándar para las oposiciones, garantizando objetividad y adaptándonos a las mejores prácticas nacionales.
- Fomento de la Competencia Empresarial: Diseñar procedimientos que aseguren igualdad de oportunidades para empresas de todos los tamaños y sectores en los concursos públicos.
- Participación Ciudadana: Crear canales efectivos donde los ceutíes puedan expresar sus preocupaciones, proponer mejoras y contribuir al seguimiento de la gestión pública.
Ceuta es una ciudad única, donde las percepciones tienen un impacto desproporcionado en comparación con otros lugares. Por eso, garantizar la transparencia y la equidad en la gestión pública no es solo una obligación administrativa, sino también un compromiso con la confianza social.
No se trata de buscar culpables ni de fomentar la desconfianza, sino de construir juntos un modelo de gobernanza más justo, claro y responsable. Una Ceuta donde las oportunidades se distribuyan de forma equitativa y los recursos se utilicen en beneficio de todos es una Ceuta preparada para avanzar hacia un futuro mejor.
Porque, al final del día, todos queremos lo mismo: una ciudad que funcione para todos, y donde las decisiones públicas sean reflejo del compromiso con el bienestar común.