El pasado martes, la oposición mayoritaria de Venezuela anunció que Edmundo González Urrutia había ganado las elecciones presidenciales del 28 de julio en todos los estados del país, incluyendo Caracas. Este anuncio se realizó durante una rueda de prensa donde se presentó un informe técnico ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
Según el informe, la victoria de González Urrutia es de carácter transversal, afirmando que Nicolás Maduro fue derrotado en los 24 estados y en el 89% de los municipios. Este resultado representa un hito histórico, ya que por primera vez en 25 años, la oposición logra consolidar un respaldo mayoritario tanto en zonas urbanas como rurales.
El Centro Carter, observador electoral en los comicios, presentó actas de votación originales que respaldan el triunfo de González Urrutia. Sin embargo, denunció la falta de transparencia del Consejo Nacional Electoral (CNE) y su negativa a proporcionar datos cruciales para validar los resultados oficiales.
Gustavo Silva, miembro del equipo de campaña de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), presentó el informe ante la OEA, destacando que el resultado está sustentado en el 83,5% de las actas obtenidas gracias al esfuerzo de miles de ciudadanos. Silva explicó que las actas contienen un código alfanumérico o HASH que garantiza su autenticidad.
A pesar de la contundente evidencia presentada, el CNE aún no ha mostrado pruebas que sustenten la reelección de Maduro. La oposición ha denunciado que muchos de sus miembros enfrentan persecución política, con líderes como María Corina Machado en la clandestinidad y otros refugiados en embajadas extranjeras.
Este evento marca un punto de inflexión en la política venezolana, con la oposición ganando terreno en todos los estratos socioeconómicos. La comunidad internacional observa de cerca, mientras se espera que González Urrutia tome posesión del cargo, a pesar de las dificultades políticas y legales que enfrenta.
En conclusión, la situación en Venezuela sigue siendo tensa y compleja. La victoria de Edmundo González Urrutia podría significar un nuevo comienzo para el país, pero también plantea desafíos significativos en términos de gobernabilidad y reconciliación nacional.