El presidente firma una orden para expandir las instalaciones en la base naval y albergar hasta 30.000 migrantes considerados «criminales peligrosos».
Donald Trump ha anunciado este miércoles un controvertido plan para utilizar la prisión de la base naval de Guantánamo como centro de detención para inmigrantes ilegales. Según el mandatario, la medida busca «contener a los peores criminales extranjeros ilegales que amenazan al pueblo estadounidense». En una conferencia desde la Casa Blanca, Trump afirmó: «No queremos que regresen, así que los vamos a enviar a Guantánamo, un lugar difícil del que salir».
El presidente firmó una orden dirigida a los departamentos de Defensa y Seguridad Nacional para ampliar el Centro de Operaciones Migratorias de la base, con el objetivo de albergar hasta 30.000 migrantes. «Por la presente, ordeno que se tomen todas las medidas necesarias para garantizar la máxima capacidad de estas instalaciones», señala el documento. Trump justificó la medida como parte de su estrategia para «detener la invasión de la frontera, desmantelar los cárteles criminales y restaurar la soberanía nacional».
Actualmente, según el Departamento de Seguridad Nacional, apenas cuatro migrantes están detenidos en Guantánamo, y el centro tiene una capacidad limitada de 130 camas. Sin embargo, el presidente aseguró que las nuevas instrucciones duplicarán esa capacidad de inmediato y, a largo plazo, permitirán recibir hasta 30.000 personas.
La base de Guantánamo ya fue utilizada en décadas pasadas para albergar migrantes, especialmente haitianos, durante los años 80 y 90. También ha servido como un espacio temporal para el gobierno de Joe Biden, que alojó allí a un número reducido de inmigrantes antes de ser deportados o reasentados en terceros países.
La medida ha generado críticas de organizaciones defensoras de los derechos humanos, que consideran que usar la prisión como centro de detención masiva viola los derechos fundamentales de los migrantes. No obstante, Trump defendió la decisión al señalar que «algunos de ellos son tan peligrosos que ni siquiera confiamos en que sus países de origen los retengan».
En paralelo, el gobierno estadounidense negocia con países como El Salvador para que sirvan como centros de reubicación para migrantes deportados, en un intento por aliviar la presión en territorio estadounidense.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en declaraciones a Fox News, explicó que «se están evaluando los detalles» de la implementación de esta medida. Sin embargo, subrayó que, según la legislación actual, el gobierno no puede detener indefinidamente a migrantes por delitos de inmigración sin un plan concreto de deportación.
La decisión de Trump ha reabierto el debate sobre el uso de Guantánamo, una instalación que, pese a los esfuerzos del expresidente Barack Obama por cerrarla en 2016, sigue siendo símbolo de detenciones controvertidas y violaciones de derechos humanos.
El anuncio llega en un momento de alta tensión en la política migratoria de Estados Unidos, con medidas recientes que incluyen la eliminación del estatus de protección temporal para más de 600.000 venezolanos, revocado por la administración Trump esta misma semana.