A pocos días de asumir nuevamente la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ha generado controversia al no descartar la posibilidad de recurrir a presión militar o económica para obtener el control de enclaves estratégicos como el Canal de Panamá o el archipiélago de Groenlandia, este último bajo soberanía de Dinamarca.
En una comparecencia desde su residencia en Mar-a-Lago, Florida, Trump afirmó que estos territorios son “esenciales” para los intereses económicos de Estados Unidos. Cuando fue interrogado por la posibilidad de usar la fuerza militar, respondió: “No puedo descartar ninguna de esas dos opciones”, dejando la puerta abierta a medidas drásticas.
Críticas al legado del Canal de Panamá
Trump calificó de “desgracia” la actual configuración del Canal de Panamá, señalando que el expresidente Jimmy Carter cometió un error al ceder el control del canal a Panamá en 1977, bajo los términos del Tratado Torrijos-Carter. Según Trump, este acuerdo fue “un gran error” que perjudicó los intereses estratégicos de Estados Unidos.
El presidente electo aseguró que su equipo ya trabaja en un plan para intentar recuperar el control del canal, argumentando que este enclave es “vital” para el comercio global y el dominio geopolítico de su país.
Groenlandia: un viejo interés
Trump retomó su ya conocida aspiración de adquirir Groenlandia, una propuesta que causó revuelo internacional durante su primer mandato. “Es un territorio estratégico, y Dinamarca debería considerar seriamente una negociación”, afirmó. Aunque evitó detallar cómo avanzaría este plan, no descartó usar medidas económicas o diplomáticas para presionar.
El “Golfo de América” y tensiones con México y Canadá
En otro movimiento polémico, Trump planteó cambiar el nombre del Golfo de México por el de “Golfo de América”, argumentando que es “más apropiado” para destacar la influencia de Estados Unidos en la región.
Asimismo, volvió a cargar contra México, exigiendo que detenga el flujo de migrantes hacia la frontera estadounidense y advirtiendo sobre posibles nuevos aranceles si no se cumplen sus demandas. También lanzó una amenaza económica a Canadá, sugiriendo que su vecino del norte podría enfrentar presiones comerciales similares.
Promesas económicas y críticas a Biden
Trump aprovechó la ocasión para anunciar una inversión de 20.000 millones de dólares en la construcción de centros de datos en Estados Unidos, destacando su compromiso con la economía nacional. Además, criticó duramente la gestión de Joe Biden, asegurando que revertirá las restricciones a las extracciones de petróleo y gas en las costas del Atlántico y el Pacífico.
Reivindicó que, durante su primer mandato, “no había guerras” y que fue él quien “derrotó al Estado Islámico”. También culpó a la retirada de Estados Unidos de Afganistán, bajo la Administración Biden, por alentar la invasión rusa de Ucrania. Según Trump, este conflicto podría “escalar a algo mucho peor”.
Una investidura bajo el signo de la polémica
Los comentarios de Trump han generado una ola de reacciones tanto dentro como fuera de Estados Unidos, reavivando las tensiones geopolíticas antes incluso de que tome posesión de su cargo. Su postura respecto al Canal de Panamá, Groenlandia y México apunta a una agenda internacional marcada por la confrontación y el interés estratégico en el poderío económico y militar estadounidense.