Donald Trump, autoproclamado campeón del capitalismo y defensor de la libertad individual, ha demostrado que sus palabras fueron meras herramientas de marketing político. Lo que durante años presentó como libertarismo y defensa de la libre empresa terminó convertido en un autoritarismo personalista que subordinó las instituciones, la economía y los derechos ciudadanos a sus intereses privados.
La ruptura con Elon Musk, uno de los empresarios más influyentes y visionarios de nuestro tiempo, no es un hecho aislado: es la manifestación más visible de esta traición.
1. La traición al libertarismo
El libertarismo, basado en la mínima intervención del Estado, la protección de los derechos individuales y la defensa de la propiedad privada, fue un pilar del electorado conservador que respaldó a Trump. Sin embargo, su administración hizo exactamente lo contrario:
- Concentración del poder ejecutivo: centralizó decisiones en la Casa Blanca, debilitando la independencia de instituciones como la Reserva Federal o el Departamento de Justicia.
- Uso del gobierno para intereses personales: agencias federales fueron manipuladas para favorecer negocios familiares y aliados.
- Aranceles y proteccionismo: la guerra comercial con China y los aranceles al acero y aluminio dañaron la libertad económica de consumidores y empresas.
- Intervención en innovación tecnológica: presionó a empresas privadas con amenazas regulatorias, limitando la autonomía empresarial.
2. La traición al capitalismo
El verdadero capitalismo se basa en competencia justa, innovación y meritocracia. Bajo Trump, Estados Unidos vivió un capitalismo de favoritismos:
- Contratos gubernamentales a empresas vinculadas: multimillonarios acuerdos a compañías cercanas a su entorno.
- Manipulación fiscal y desregulación selectiva: la reforma fiscal de 2017 benefició a grandes corporaciones, dejando atrás a pymes y emprendedores.
- Subsidios y rescates estratégicos: priorizó rescates a empresas con conexiones políticas.
- Mercantilismo personalista: políticas económicas diseñadas para incrementar el poder y riqueza de su círculo cercano.
3. La ruptura con Elon Musk
El caso Musk ilustra la incompatibilidad entre la innovación empresarial y el autoritarismo personalista de Trump:
- Críticas al gasto público: Musk denunció los paquetes de gasto que favorecían intereses políticos.
- Renuncia estratégica: en mayo de 2025 dejó su cargo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), citando interferencia política.
- Enfrentamiento público: Trump lo llamó “loco”, mientras Musk denunció el autoritarismo y la falta de meritocracia.
4. Impacto en votantes y democracia
El precio de esta traición se mide también en confianza perdida:
- Desilusión del electorado libertario, que esperaba menos Estado y recibió más proteccionismo.
- Debilitamiento institucional, con organismos independientes subordinados al poder personal.
- Polarización extrema, obligando a empresarios y ciudadanos a alinearse con su figura o afrontar represalias.
5. Conclusión: el legado de la traición
Trump no solo traicionó al libertarismo y al capitalismo, sino también a sus votantes y al país que prometió fortalecer. La ruptura con Elon Musk simboliza la incompatibilidad entre el autoritarismo personalista y la innovación empresarial.
Estados Unidos, bajo su mandato, dejó de ser la nación de emprendedores y libertades para convertirse en un laboratorio de concentración de poder, donde la lealtad reemplaza al mérito, el favoritismo sustituye a la competencia y la riqueza determina la influencia política más que la capacidad o la visión.
Atentamente,
Jesús González
Think Tank Hispania 1188
