Donald Trump, el candidato republicano, ha centrado su campaña en sembrar dudas sobre el sistema de votación en varios estados clave. En un intento por movilizar a comunidades tradicionalmente apáticas, como los amish en Pensilvania, Trump espera obtener el margen necesario para asegurar la victoria en este estado crucial.
Durante un mitin en Lititz, Pensilvania, Trump reiteró sus preocupaciones sobre la legitimidad del proceso electoral, sugiriendo que podría haber problemas si los resultados no se conocen la misma noche de las elecciones. Además, expresó su descontento con los medios de comunicación y el sistema de votación, criticando la falta de requisitos de identificación en algunos lugares.
Por otro lado, Kamala Harris, la candidata demócrata, ha enfocado su campaña en un mensaje de esperanza y cambio. En Míchigan, Harris destacó la importancia de las elecciones para el futuro de la nación, afirmando que es momento de ‘pasar página’ y avanzar hacia un nuevo capítulo en la historia de Estados Unidos.
Harris también se comprometió a trabajar por la paz en el Medio Oriente, prometiendo dignidad para los palestinos y un fin a los conflictos en Gaza y Líbano. En un mitin en East Lansing, se dirigió a la comunidad árabe, reconociendo las dificultades que han enfrentado este año debido a los conflictos en la región.
Las encuestas muestran un escenario ajustado, con empates técnicos en varios estados bisagra. Según FiveThirtyEight, Trump tiene una ligera ventaja en Carolina del Norte y Georgia, mientras que Harris lidera en Míchigan y Wisconsin. En Pensilvania y Nevada, ambos candidatos están empatados, y en Arizona, Trump lleva una ventaja del 2,5%.
Con el destino de la nación en juego, ambos candidatos intensifican sus esfuerzos en los estados del ‘Cinturón del Óxido’, donde el resultado podría depender de márgenes muy estrechos o incluso requerir recuentos. La batalla por estos estados será crucial para determinar quién ocupará la Casa Blanca los próximos cuatro años.