Turquía ha intensificado sus operaciones militares en el norte de Siria e Irak tras un atentado que dejó cinco muertos en una fábrica de armas cerca de Ankara. Durante la noche del miércoles, las Fuerzas Armadas turcas atacaron 32 objetivos, según informó el Ministerio de Defensa turco.
El atentado, aún no reivindicado, ha sido atribuido por las autoridades al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), grupo insurgente que busca la independencia de la región kurda en Turquía. Aunque no se han identificado oficialmente a los autores, el ministro del Interior, Ali Yerlikaya, sugirió que el modo de operar apunta al PKK.
El ataque en Ankara ocurrió cuando dos jóvenes armados llegaron a la fábrica aeronáutica militar Tusas, donde mataron a cuatro empleados y al taxista que los transportaba antes de ser abatidos por las fuerzas de seguridad.
En respuesta, el Ministerio de Defensa turco afirmó haber «neutralizado» a numerosos terroristas, aunque no especificó cifras de bajas. Además, aseguró que se tomaron medidas para evitar daños a civiles y bienes culturales.
Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD) informaron que los bombardeos turcos en Siria causaron al menos una docena de muertos, incluidos dos niños, y dejaron 25 heridos. Según las FSD, los ataques se dirigieron contra infraestructuras civiles y concentraciones de personas.
La situación en la región es tensa desde que Turquía invadió el norte de Siria en 2019 para combatir a las fuerzas kurdo-sirias, consideradas aliadas del PKK. A pesar de una tregua mediada por Estados Unidos, las fuerzas turcas mantienen su presencia en la zona.
El atentado en Ankara ha reavivado el debate sobre el conflicto kurdo. Recientemente, Devlet Bahçeli, líder del partido ultranacionalista MHP, propuso una iniciativa de paz con la guerrilla kurda, sugiriendo invitar al fundador del PKK, Abdullah Öcalan, al Parlamento turco para negociar un proceso de paz.
Mientras tanto, las operaciones militares turcas continuarán «decididamente» en las regiones fronterizas, según el Ministerio de Defensa. La comunidad internacional observa con preocupación el aumento de las tensiones y sus posibles repercusiones en la estabilidad regional.