El Ministerio de Defensa de Rusia ha informado que Ucrania ha llevado a cabo un ataque con misiles balísticos de largo alcance ATACMS, suministrados por Estados Unidos, contra su territorio. Según el comunicado oficial, cinco de estos misiles fueron interceptados, mientras que un sexto impactó en una instalación militar en la región de Briansk, sin causar daños significativos ni heridos.
Aunque Ucrania no ha confirmado oficialmente el uso de estos misiles, fuentes militares ucranianas han declarado al diario digital RBK que el Ejército ucraniano atacó un objetivo militar en la Federación Rusa durante la madrugada del martes. La fuente indicó que el blanco fue una infraestructura militar en Karáchev, en la región rusa de Kursk, y que el ataque fue exitoso.
Este desarrollo se produce tras la decisión de Washington de levantar la prohibición que impedía a Ucrania utilizar armas estadounidenses para atacar dentro de Rusia. Medios estadounidenses informaron que la Casa Blanca autorizó a Kiev a emplear los misiles ATACMS específicamente en objetivos situados en la región de Kursk, donde Rusia ha desplegado tropas norcoreanas para reforzar sus posiciones.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha calificado este ataque como una señal de escalada por parte de Ucrania, recordando las advertencias previas del presidente Putin sobre las consecuencias de tales acciones. Lavrov enfatizó que Rusia considera cualquier ataque con misiles occidentales como una posible entrada de la OTAN en el conflicto.
Por otro lado, el Estado Mayor ucraniano había anunciado previamente un ataque exitoso contra un arsenal ruso en Briansk, aunque sin especificar el tipo de armamento utilizado. Según Andrí Kovalenko, miembro del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, el arsenal contenía municiones para artillería, bombas guiadas, misiles antiaéreos y cohetes.
La región de Briansk, ubicada al norte de Kursk, ha sido un punto de tensión constante debido a su proximidad a la frontera ucraniana. Kiev ha estado solicitando a sus aliados occidentales permiso para atacar objetivos militares rusos, pero hasta ahora se había encontrado con reticencias debido al temor de una respuesta agresiva por parte de Rusia.
Este incidente marca un nuevo capítulo en el conflicto entre Ucrania y Rusia, con potenciales implicaciones para la seguridad regional e internacional. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos, mientras se debate sobre las posibles respuestas diplomáticas y militares.