La Sección Sindical de la FeSP-UGT ha manifestado su «sorpresa ante lo que podaría ser una broma de mal gusto». Consideran que es «fruto de mentes calenturientas» de este Gobierno al que tildan de caracterizarse por su «ineficacia y tremendo volumen de cargos»
Ante la pretensión del Gobierno de «iniciar» la desescalada en el confinamiento de los empleados públicos en plena crisis del Covid-19, la sección sindical de la FeSP-UGT de la Ciudad «no puede por menos que manifestar su sorpresa ante lo que podría ser una broma de mal gusto, pero lamentablemente es fruto de mentes calenturientas de este Gobierno que si por algo se caracteriza es por su ineficacia y tremendo volumen de cargos«.
Desde UGT consideran que no han puesto el «más mínimo reparo, e incluso, ha apoyado que todos los servicios esenciales además de aquellos considerados razonables hayan estado funcionando para atender las múltiples necesidades de los ciudadanos que, al fin y al cabo, son quienes costean los servicios con sus impuestos«. Además, han «trabajado firmemente y de forma silenciosa» para que todos aquellos trabajadores que no realizaban labores esenciales, «no tuvieran que acudir de forma presencial a su centro en este esfuerzo colectivo por atajar esta devastadora pandemia y nos hemos encontrado con múltiples trabas por parte de la Administración Local que hemos ido solventando sin la más mínima publicidad, pues entendíamos de forma responsable que era lo que tocaba».
Sin embargo, lamentan que este pasado lunes «han hecho ir a trabajadores a tareas burocráticas por empeños personales de miembros del Gobierno, que en todo momento han sido reacios a un severo confinamiento, demostrando su poca voluntad de colaboración con la tarea común, fruto de su propia incompetencia».
Desde el sindicato aseguran que «no vamos a entrar el detalle de los múltiples servicios que en estos graves momentos son absolutamente superfluos y que pretenden reactivar.» Pero advierten que «su negligencia, su irresponsabilidad y su falta de sentido común van a encontrarse de frente con la Unión General de Trabajadores».
UGT ha asegurado que apelarán a una autoridad superior para que «les impidan semejante tropelía, como es poner en riesgo a todos estos trabajadores, sus familias y a sus compañeros de trabajo». Añaden que, «si su pobre excusa es pagar las facturas pendientes, les debería avergonzar el haber acumulado facturas por un importe de 23 millones de euros. Los ciudadanos de a pie pagamos todas nuestras facturas religiosamente».
El sindicato concluye que «van a poner en riesgo la salud de muchas personas que perfectamente podrían teletrabajar desde sus casas pero que les resulta imposible porque lamentablemente y pese a llevar 20 años en el poder nos dejan una administración del siglo XIX, sin medios para adaptarse a estas situaciones, sin personal, y con muchas ínfulas de autonomía y demasiados cargos que nadie sabe para qué sirven».