El Instituto de Idiomas es un Organismo Autónomo de la Administración Local en el que la legalidad brilla por su ausencia. Sorprendentemente, es un Órgano de la Administración Pública en el que sus trabajadores no son empleados públicos, ver para creer, todo ello tras casi quince años en que este mismo Gobierno, el del Presidente Vivas convirtió esta Institución en Organismo Público.
Desde la UGT llevamos años intentando regularizar la situación de su personal con resultado nulo. Resulta que la falta de legalidad en este Organismo favorece determinados intereses particulares que, al parecer, se ponen por encima de la Ley.
Más bien al contrario, el Gobierno de la Ciudad tiene sometidos a algunos de sus trabajadores a un régimen de explotación laboral, con el argumento de que sus retribuciones y funciones no están supeditadas a las normas comunes para todos los empleados públicos y en base a ello les somete a un régimen retributivo, incluso por debajo de lo que percibirían en la empresa privada.
Sin embargo, cuando para sus derechos laborales, sociales y retributivos carecen de la consideración de trabajador de una Administración Pública, se les pretende obligar a realizar las funciones propias de un empleado público, la famosa ley del embudo, todo lo ancho para mí y lo estrecho para ellos.
El único argumento al que se agarra el Gobierno de la Ciudad es una incomprensible sentencia del Juzgado de lo Social de Ceuta que los declaró personal subrogado. ¿Personal subrogado en una Administración Pública? Es lo más estrafalario que hemos oído sobre el personal de una Administración Pública.
No obstante, con la paciencia y el beneplácito de los propios trabajadores, desde la Unión General de Trabajadores negociamos una salida a esta denigrante situación y acordamos con el Gobierno de la Ciudad que se les daría la oportunidad mediante un procedimiento de concurso oposición a poder optar al estatus de empleado público, que es lo que llevan desarrollando más de quince años.
El acuerdo se cerró por parte del Gobierno con los trabajadores, con el compromiso de que ellos sacarían adelante todas las tareas propias de un empleado público, lo que han venido haciendo de manera impecable todos estos meses. Cuando llega el momento de que los trabajadores vayan a iniciar el procedimiento pactado para su posible pase a empleado público, descubren que el Gobierno del señor Vivas les ha estafado, les ha timado, les ha tomado el pelo y se ha reído de ellos.
Esta es la triste realidad a la que han tenido que hacer frente, después de tantas falsedades, estos trabajadores. Aunque ya lo sospechaban, que el Gobierno de la Ciudad, su Gobierno, tiene en sus filas a mentirosos y timadores, pero con los humildes, con los débiles, con los vulnerables, mientras inclina la cabeza ante los poderosos.
Desde la UGT les decimos que tengan mucho ánimo para sobreponerse a este timo que han sufrido a manos de este Gobierno y que, afortunadamente el 28 de mayo está cada vez más cerca y será el momento de mandarlos al rincón de pensar.