Ha pasado un año desde el asesinato de Borja, el joven que fue brutalmente agredido tras intentar mediar en una discusión relacionada con la supuesta venta de un coche. El caso, que causó una gran conmoción social, continúa sin resolverse mientras permanecen abiertos varios interrogantes sobre lo sucedido aquella noche.
A día de hoy, hay tres personas detenidas por su presunta implicación en el crimen. Sin embargo, el juicio sigue sin fecha establecida, lo que ha generado frustración entre los allegados del joven y entre numerosos ciudadanos que siguen el caso con atención.
Una de las decisiones más comentadas en torno al proceso judicial ha sido la de la familia Villacís, que ha optado por no ejercer la acusación particular. Aunque no se han ofrecido explicaciones públicas detalladas, el entorno familiar ha pedido respeto y discreción frente a una situación que consideran profundamente dolorosa.
Borja fue asesinado mientras intentaba calmar una disputa, en principio menor, en la que trató de actuar como mediador. Su intervención derivó en una tragedia que aún hoy plantea preguntas sobre los límites del compromiso ciudadano y el aumento de la violencia en situaciones cotidianas.
Diversas organizaciones y personas cercanas a Borja han convocado actos en su memoria, reclamando justicia, agilidad judicial y un mayor compromiso social para evitar que hechos como este se repitan.
