El foco del incendio en el local comercial se localizó en la parte superior de la tienda de electrodomésticos Arroyo Center, superficie que estaba destinada para almacén. Los bomberos tuvieron que emplearse a fondo para lograr sofocar las llamas que ya se habían propagado por las conducciones de aire y que hacía que el intenso humo tóxico pudiera entrar hasta las viviendas. Uno de los bomberos que participó en las tareas de extinción y que se alargaron hasta el domingo, cuenta como la temperatura de los pilares de sujeción del edificio localizados en el local ascendía hasta los 1.100 grados centígrados. “Entrábamos de cinco en cinco pero no podíamos estar ahí más de 5 minutos Aquello era un infierno, es el peor siniestro al que nos hemos enfrentado.
Hoy lunes la calle donde se instala el número 36, en pleno corazón de la Calle Real de Ceuta, está precintada con barreras que sellan el perímetro del “Edificio de Colores”, una construcción que transformó el paisaje urbano de la ciudad con un diseño vanguardista ‘pret a porter‘ mostrando sus paneles móviles y giratorios de colores que configuran el espacio único que varía en función del viento.
Algunos vecinos nos cuentan, 48 horas después del siniestro, que vinieron unas horas de angustia y pánico temiendo que la estructura del edificio podría resultar dañada debido al las altas temperaturas que se produjeron dentro del local.
“Nosotros vivimos por el otro lado del edificio y en el piso más alto y aún así las paredes de casa están completamente negras. Hemos alquilado un apartamento porque esto seguro que va a durar tiempo. No hay luz ni agua y según mis vecinos la parte de abajo de las viviendas están siniestro total”.
Ahora toca valorar los daños por parte de los especialistas y los vecinos confían en que las compañías de seguros estén a la altura de las circunstancias y puedan, al menos, resarcir los daños más importantes a los que los propietarios del inmueble deben de enfrentarse para poder volver a sus casas.
La comunidad de propietarios ha previsto un servicio permanente de vigilancia privada en el inmueble para que los vecinos, que aún no han podido recoger pertenencias, estén tranquilos hasta que puedan acceder a sus viviendas.
“Si esto llega a ocurrir a las tres de la madrugada, muchos de nosotros estaríamos muertos” declara con resignación otro de los vecinos afectados.
El viernes la luz y el colorido que dejaba ver la fachada del “Edificio de Colores”, el lunes se ha transformado en opaca y oscura y ha dejado un halo de tristeza que difícilmente olvidará la ciudad.