Un organigrama oculto hasta el momento desvela que el líder de Bildu integró el Comité Ejecutivo de ETA político militar los años en los que la banda orquestó una campaña de extorsión y secuestros contra empresarios vascos, informa vozpopuli.
Un organigrama de la composición de ETA en el año 1980, desconocido hasta el momento, demuestra el papel de mando que Arnaldo Otegi tuvo dentro del Comité Ejecutivo. El documento, que forma parte del archivo privado de la asociación Dignidad y Justicia, desvela cómo se estructuraba entonces la ETA político militar y de cuya cúpula formó parte el líder de EH Bildu.
El documento, al que ha tenido acceso Vozpópuli, desgrana la composición de esta rama de la banda terrorista que se disolvió tras un fuerte golpe policial en 1982. Hasta entonces, se calcula que ETA-pm realizó una media de 33 atentados anuales. Entre ellos se encuentra el del directivo de Michelin Luis Hergueta en junio de 1980 y que ahora investigará la Audiencia Nacional tras admitir la querella de Dignidad y Justicia contra Otegi y su superior jerárquico.
De acuerdo con esta estructura, seis etarras integraban la dirección de esta escisión de la rama terrorista. Entre ellos destaca el histórico José Ignacio Abaitua Gomeza (alias ‘Conejo’), identificado como uno de los autores materiales del atentado contra el expresidente del Gobierno, Carrero Blanco, el 20 de septiembre de 1973.
Pertenecían a la cúpula también Jesús Abrisqueta Corta (‘Tutxo’); José María Latxerrea Goñi; el exetarra y productor de cine José María Lara Fernández (‘Txepe’) y Fernando López Castillo (‘Peke’). Este último -que ejerció como ‘número tres’ de la banda- fue candidato de Podemos a la alcaldía de Vitoria en las elecciones de 2019.
Los dirigentes que habrían tenido un papel relevante en la campaña de secuestros que se llevó a cabo en aquellos años de empresarios y altos directivos del País Vasco y Navarra.
Precisamente, Dignidad y Justicia se ha querellado contra estos dos exdirigentes de ETA por uno de los asesinatos que cometió la banda en aquel momento. La asociación que preside Daniel Portero ha pedido a la Audiencia Nacional que abra causa contra ellos por un delito de asesinato terrorista.
El magistrado sobre el que recayó la querella, Francisco de Jorge, ha incoado diligencias previas y ha dado traslado de la querella a la Fiscalía. El Ministerio Público ya abrió unas diligencias preprocesales por estos hechos en 2020, pero terminaron archivadas apelando a la prescripción del delito cometido hace 44 años y también al hecho de no se había podido determinar quienes participaron en el atentado.
El juez da el primer paso para investigar estos hechos sin pronunciarse de momento sobre la prescripción. Del mismo modo reclama a la Fiscalía los informes de la Guardia Civil de carácter «reservado» y que no han visto la luz hasta el momento, puesto que estas pesquisas han terminado archivadas. Fuentes jurídicas confirman a este medio que uno de dichos informes, incorporado hace apenas unos meses al sumario, señala a Otegi por su implicación en los hechos.
Facilitó información a la cúpula
En concreto, la querella sostiene que se debe investigar el grado de responsabilidad del líder de EH Bildu, puesto que se le acusa de facilitar la información sobre el directivo de Michelin para fraguar el atentado. La asociación de víctimas recuerda que Arnaldo Otegi ya fue investigado por el secuestro un año antes, en 1979, del director de Michelin en Vitoria, Luis Abaitua.
En los nueve días que el alto cargo permaneció secuestrado por ETA ofreció todo tipo de información sobre la empresa que dirigía, así como sobre directivos y cargos intermedios que propiciaron el asesinato de Hergueta.»(Otegi), formando parte del Estado Mayor de Intervención (EMI), y siendo lugarteniente de ‘Zotxa’, le facilitó la información que había sacado a Abaitua Palacios, sobre Luis Hergueta Guinea, siendo válida y eficaz dicha información para cometer el asesinato terrorista», explica Dignidad y Justicia.
Las escisiones en ETA
Los hechos a los que hace referencia la querella tuvieron lugar en un momento convulso dentro de ETA y que, en buena medida, marcaron el devenir de Arnaldo Otegi. Lejos de contar con una estructura única y definida a lo largo de la existencia, la banda terrorista ha padecido numerosas escisiones y fracturas, principalmente basadas en decisiones estratégicas, aunque en algunas ocasiones revestidas de diferencias ideológicas.
Otegi formaba parte de ETA Político Militar (ETA-pm), y se integró en el organigrama que hoy desvela Vozpópuli, al que se vincula con al menos 16 asesinatos desde la amnistía de 1977, según fuentes de la lucha antierrorista consultadas por este diario.
ETA pm recibía este nombre para diferenciarse de ETA Militar (ETA-m), un grupo que se había dividido años atrás y que, con sus asesinatos y secuestros, venía ocupando un protagonismo creciente en el escenario. El ahora dirigente de EH Bildu huyó a Francia en 1977 tras conocerse su vinculación con un comando al que se investigaba por varios atentados.
Cabe recordar que, en esas fechas, los etarras gozaban de la libertad en el santuario francés, como llamaban al territorio galo. Las autoridades del país vecino apenas colaboraban con España para la persecución y captura de miembros de ETA, al entender que se trataba de un problema estrictamente doméstico al que eran ajenos. La estrecha cooperación policial que permitió la asfixia de la organización terrorista no llegaría hasta años más tarde.
Las decisiones que tomaban ETA-pm y ETA-m eran, casi siempre, incompatibles entre sí. Prueba de ello fueron las negociaciones que el Gobierno de Calvo Sotelo mantuvo con los primeros para abordar una posible disolución. Ni siquiera dentro de ETA político militar se respetó esta negociación política de forma unánime, con algunos de sus miembros detonando las treguas como medida de presión ante el Gobierno central.
Algunos de sus integrantes, incluso, se acusaban entre sí de traición: particularmente polémica fue la liberación del doctor Julio Iglesias Puga, en enero de 1982, entre acusaciones mutuas por la gestión del cautiverio.
Presión policial
Fricciones que acabaron con una nueva escisión dentro de ETA-pm, de la que formaba parte Arnaldo Otegi: en febrero de 1982 se anuncia que una parte importante de este colectivo, conocida con el nombre de ETA-pm VII, dejaba las armas, acogiéndose a una amnistía encubierta por parte del Gobierno; un grupo más pequeño, ETA-pm VIII, mantenía su intención de perpetrar atentados como medida de presión contra el Estado.
Durante meses, los octavos -como se conocía a los miembros de ETA-pm VIII- operaron con autonomía y perpetraron varios atentados hasta que, debilitados por la fragilidad de sus estructuras, se refundieron en ETA Militar. “Su debilidad organizativa, la ausencia de un brazo político, la falta de respaldo social y la acción policial provocaron un nuevo cisma”, recoge el libro 1980, el terrorismo contra la transición, coordinado por Gaizka Fernández Soldevilla y María Jiménez.
“Una parte -prosigue el libro-, con miembros como Francisco Javier López Peña (Thierry) y Arnaldo Otegi, solicitó su ingreso en ETA-m. El resto de los octavos [como se conocía a ETA pm VIII] se mantuvieron un tiempo. En octubre de 1983 secuestraron y asesinaron al capitán de Farmacia Alberto Martín Barrios, crimen tras el que experimentaron un rápido declive. En marzo de 1985 cayó el último comando activo de esa facción de ETA pm”.
La querella interpuesta por Dignidad y Justicia ante la Audiencia Nacional está relacionada con el asesinato de un directivo de Michelín, Luis Hergueta, en junio de 1980; fecha en la que ETA pm aún no había sufrido la escisión de los octavos y en la que Arnaldo Otegi, según la documentación aportada ante el juez, ocupaba un puesto destacado del organigrama.