Desde hace cinco años se repite en esta misma zona que los cetáceos empujan con su morro los timones de los veleros produciendo daños en el barco, según un informe de Loro Fundación difundido por La Razón
Las orcas interactúan y juegan con las embarcaciones del Estrecho de Gibraltar y no las atacan, según un estudio de la plataforma para la Conservación, Información y Estudio de los Cetáceos con la que colabora Loro Parque Fundación. Según informa esta fundación este viernes en un comunicado, desde hace cinco años se repite en esta misma zona que los cetáceos empujan con su morro los timones de los veleros produciendo daños en el barco y, en muy contadas ocasiones, acaban con el rescate de los tripulantes.
Loro Parque Fundación, que lleva veinte años colaborando con la plataforma para la Conservación, Información y Estudio de los Cetáceos, explica que en el mar no hay mucho que hacer, por lo que las orcas buscan entretenimiento en cualquier cosa y durante los tiempos de espera, un velero puede ser lo más divertido que pase por allí. Javier Almunia, director de Loro Parque Fundación y experto en cetáceos, asegura que «parece evidente que hay algo que les interesa o les divierte de los veleros», como la manipulación del timón o los golpes en el casco.ç
Destaca que en las imágenes que se han podido obtener gracias al trabajo de la plataforma, se ha visto también que, en contra de lo que se creía, no muerden el timón, sino que lo empujan con el morro. «Otro detalle que va en contra de la teoría de la agresión”, zanja Almunia, quien recuerda que esta actitud de las orcas en esta zona no es nueva y ya se comenzaron a registrar interacciones con veleros en el año 2020.
Las orcas que protagonizan estas interacciones son de una subpoblación denominada Orcas Ibéricas y son una especie considerada como vulnerable en el catálogo español de especies amenazadas debido, entre otros motivos, a que han visto mermado su alimento, el atún rojo. Cada año estas orcas llegan siguiendo al atún entre los meses de mayo, junio, julio y agosto, un periodo habitual de alimentación que finaliza al acabar el verano, momento en el que abandonan esta área.
El número de ejemplares es variable y depende de la reproducción de cada grupo en ese año, indica la nota. Es en estos períodos cuando se producen los encuentros entre embarcaciones y orcas en el Estrecho de Gibraltar, zona que es una especie de embudo con unas corrientes marinas que condicionan el movimiento de los animales marinos.
Estas corrientes son las utilizadas por el atún rojo para acudir al área a desovar momento en que llegan a las aguas del Estrecho trayendo tras de sí a las orcas. En 2023 con la colaboración del Ministerio de Transición Ecológica y Medio Ambiente se puso en marcha el marcado satelital de algunos ejemplares de orcas.
El prototipo de marcador, un sistema que se coloca sobre la aleta dorsal de animal, fue desarrollado en sus fases de prueba en Loro Parque, donde se comprobó su funcionalidad, el confort para los animales y otras características fundamentales, añade la fundación. El siguiente paso fue colocarlo en algunas de las orcas del Estrecho de Gibraltar para así trazar mapas de desplazamiento y permanencia de las orcas, que determinan zonas de riesgo y áreas de mayor seguridad y que permiten a los barcos escoger las rutas más seguras.
Todo ello, destaca la nota, con el fin de crear un instrumento que permita solucionar o minimizar este problema. Para los barcos lo más recomendable es mantener o aumentar la velocidad, ya que se ha detectado que a partir de los 2 y 3 kilómetros las orcas pierden enseguida el interés.