El informe asegura que en Ceuta no se cumplen unas condiciones mínimas de bioseguridad y señala a la «creciente preocupación por la proliferación de casos de COVID-19 en las plantas procesadoras de carne y mataderos de Países de todo el mundo»
También apunta el documento que, al tratarse de un trabajo «físicamente agotador», se hace imposible el uso de la «mascarilla» durante el sacrificio o a los residuos que aparecen «cerca de contenedores de basura» en «días posteriores».
Un informe de Sanidad Animal concluye que es «desfavorable» celebrar el Eid al-Adha en Ceuta debido a la situación epidemiológica y «en base a los artículos 5, 6, 7, 11, 14 y 16, del Real Decreto-Ley de la ‘nueva normalidad’ que le son aplicables, así como, de los protocolos y guías que ha ido utilizando el Ministerio con las CCAA, que permite la adopción de medidas para evitar que la producción primaria y el sacrificio de animales para consumo, sea un problema como fuente de contagio y difusión de la enfermedad«.
El informe además hace un repaso por todo el recorrido que hacen las cabezas de ganado que se sacrifican durante esta festividad y que provienen de diversas ganaderías del territorio peninsular, así como de su posterior estancia en la ciudad hasta su venta directa al consumidor (en este caso las familias) y también del rito del sacrificio en sí mismo.
Según el documento, las ganaderías locales carecen de unas condiciones mínimas de bioseguridad, tanto para garantizar la no contaminación del ganado como la salud del personal y los/as compradores que acudan a las instalaciones.
Por otro lado, el informe afirma que el ritmo de «faenado» es tan alto durante el sacrificio que impide el uso de las mascarilla o mantener la distancia de seguridad y también advierte que «muchas familias optan por reunirse en las casas que tengan patios y realizan ellos mismos el sacrificio, faenando con los desechos, sangre y despojos en cualquier entorno de nuestra ciudad, encontrando, en días posteriores, cerca de los contenedores de basura, bolsas con los despojos (sin estar cerradas), cabezas de animales, acumulación de insectos, sangre…, con ausencia absoluta de higiene, limpieza y desinfección, que mantienen aún más en el tiempo un ambiente de proliferación de microorganismos infecciosos en la vía pública y zonas privadas».