Cinco años después de los primeros casos de covid-19, las causas del brote siguen siendo motivo de debate. Un informe del Congreso de Estados Unidos asegura que la teoría más plausible es que el virus surgió por una fuga en un laboratorio de Wuhan. Este documento, titulado Revisión posterior a la acción de la pandemia de coronavirus: lecciones aprendidas y un camino a seguir, critica la gestión de la emergencia sanitaria y la respuesta de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El informe, elaborado por la subcomisión especial sobre la pandemia de coronavirus de la Cámara de Representantes, controlada por republicanos, analiza tanto las posibles causas del virus como las respuestas a la crisis sanitaria y las campañas de vacunación. La investigación se basó en más de 100 solicitudes de información, 30 entrevistas y más de un millón de documentos revisados.
¿Una fuga en un laboratorio?
Aunque la teoría zoonótica —que el virus saltó de animales a humanos— sigue siendo defendida por numerosos expertos, el informe del Congreso sostiene que el SARS-CoV-2 pudo haber sido manipulado genéticamente y escapado accidentalmente del Instituto de Virología de Wuhan, un laboratorio con antecedentes de realizar investigaciones de «ganancia de función» bajo protocolos de bioseguridad inadecuados.
El informe detalla que el virus presenta una característica biológica «que no se encuentra en la naturaleza» y que pudo haber sido clave para su creación y posterior filtración. Además, apunta a que investigadores del laboratorio de Wuhan enfermaron con síntomas similares a los de la covid en el otoño de 2019, meses antes de que el brote fuera detectado oficialmente en un mercado de la ciudad.
¿Encubrimiento de los orígenes?
El informe también acusa a instituciones y organizaciones de encubrir los posibles orígenes del virus. Entre ellas, se menciona a EcoHealth Alliance, que habría facilitado investigaciones peligrosas en Wuhan con fondos de contribuyentes estadounidenses. Además, señala a Anthony Fauci, exasesor principal del gobierno estadounidense durante la pandemia, por haber aprobado financiación para estos estudios a través de los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Fauci, quien lideró la respuesta inicial a la pandemia, negó cualquier intento de encubrimiento, asegurando que era «imposible molecularmente» que los virus de murciélago estudiados en Wuhan dieran origen al SARS-CoV-2. Sin embargo, muchos republicanos continúan acusándolo de haber contribuido indirectamente al desarrollo del virus al financiar investigaciones en el Instituto de Virología de Wuhan.
Medidas sin base científica y sus consecuencias
El informe también cuestiona las medidas adoptadas durante la pandemia, como el distanciamiento social y el uso obligatorio de mascarillas, calificándolas de carentes de bases científicas claras. Además, critica el cierre de escuelas, que tuvo «consecuencias devastadoras» para los estudiantes, generando pérdida de aprendizaje y problemas psicológicos y físicos.
Por otro lado, aunque el documento reconoce la eficacia de la Operación Warp Speed en el desarrollo y distribución de vacunas, critica la imposición de mandatos de vacunación y la falta de reconocimiento de la inmunidad natural, lo que, según los republicanos, generó divisiones y controversias.
Críticas a la OMS y su relación con China
El informe no escatima críticas a la Organización Mundial de la Salud (OMS), acusándola de ceder a las presiones del Partido Comunista Chino. Según el documento, la OMS priorizó los intereses políticos de China por encima de su obligación de liderar una respuesta internacional efectiva. Este «fracaso rotundo» debilitó la confianza en la institución y dificultó una respuesta global coordinada frente a la pandemia.
El debate sigue abierto
A pesar de los hallazgos del informe, el origen exacto del SARS-CoV-2 sigue siendo incierto. Mientras que algunos científicos y gobiernos abogan por continuar investigando todas las teorías, otros consideran que las conclusiones del Congreso están motivadas políticamente.
Lo que está claro es que, cinco años después, el impacto de la pandemia sigue marcando la política, la ciencia y la salud pública, dejando numerosas preguntas aún sin responder.