El agente, que aplicó una maniobra de estrangulamiento conocida como «mataleón», ha sido detenido por un presunto delito de homicidio. La víctima tenía 35 años.
Un agente de la Policía Municipal de Madrid ha sido detenido por la muerte de un hombre de 35 años a quien acusaba de haberle robado el teléfono móvil. Los hechos ocurrieron en la noche del martes en Torrejón de Ardoz, cuando el policía, que se encontraba fuera de servicio, retuvo al presunto ladrón aplicándole una maniobra de estrangulamiento mientras esperaba la llegada de una patrulla de la Policía Nacional. La víctima falleció minutos después. La escena fue grabada por varios vecinos.
En el vídeo difundido en redes sociales se observa al agente sujetando al hombre en el suelo con el brazo rodeándole el cuello. Aunque los vecinos le piden que lo suelte, el policía insiste en que el detenido “está respirando”. Cuando llegaron los efectivos de la Policía Nacional, comprobaron que el hombre estaba inconsciente y no respiraba. Los servicios de emergencias solo pudieron certificar su fallecimiento tras intentar reanimarlo durante más de 30 minutos.
El agente, de 58 años, se encontraba en compañía de un excompañero ya jubilado, con quien estaba cenando. Según su testimonio, ambos fueron increpados por la víctima y otra persona, que intentaron robarles. El supuesto robo habría motivado la intervención del agente, quien alcanzó y redujo al hombre tras una breve huida, utilizando la técnica conocida como mataleón, una maniobra de sujeción por el cuello.
La víctima tenía antecedentes penales y, según fuentes próximas a la investigación, había salido recientemente de prisión por delitos contra el patrimonio. La autopsia determinará las causas exactas de la muerte. A petición de la jueza instructora, también se ha solicitado una prueba de alcoholemia para el agente, ya que hay indicios de que podría haber consumido alcohol antes de los hechos.
La portavoz de Más Madrid en el Congreso ha denunciado lo ocurrido como un caso de “abuso de poder y racismo institucional”, señalando que los dos agentes —uno en activo y otro jubilado— podrían haber estado bajo los efectos del alcohol. El grupo municipal ha pedido la suspensión cautelar del agente hasta que avance la investigación.
Desde el Ayuntamiento de Madrid no se han pronunciado, alegando que el caso está judicializado. Tampoco lo ha hecho la mayoría de sindicatos policiales. Solo la Asociación de Policía Municipal Unificada ha lamentado lo ocurrido, rechazando que se trate de un caso de racismo o maltrato institucional: “Es una desgracia, pero no debe empañar la labor del cuerpo”, ha declarado su presidente, Carlos Bahón.
El policía pasará este jueves a disposición judicial. Mientras tanto, la investigación continúa para esclarecer todos los detalles del suceso.
